Christian Tetzlaff (violín), Tanja Tetzlaff (chelo), Lars Vogt (piano).
Ondine ODE1394 (CD)
Demasiado pronto nos dejó Lars Vogt (1970-2022). El público perdió un músico cercano a la perfección por lo que tenía no sólo de virtuosismo técnico, sino también de aliento humano (por su cálida sensibilidad y su inquietud intelectual). El gremio, a su vez, se vio privado de quien parece que resultaba un compañero excelente. Los Tetzlaff, Christian y Tanja, así lo disfrutaron, como se aprecia en esta grabación, una de las últimas del pianista. Curiosamente, el disco está dedicado a Schubert (1797-1828), también fallecido demasiado pronto, también lleno de aliento humano, también compañero llorado por los suyos.
El repertorio no puede ser más apetecible, puesto que recoge obras “de intimidad”. En realidad, deberíamos decir “de cámara”, pero tanto las obras como sus interpretaciones parecen surgir del disfrute de lo cercano: los Tríos D 898 y D 929, el Notturno D 897 (también para trío) y, ya para dúo, el Rondó D 895 y esa maravilla más conocida que interpretada que es la Sonata Arpeggione D 821 (con violonchelo en vez de con el instrumento que le da nombre a la obra).
Los tres intérpretes demuestran una misma identidad tanto a trío como a dúo, que se caracteriza por una fluidez maravillosa, exquisitez en ataques y dinámicas y una naturalidad que nunca es tapada por el virtuosismo de los instrumentistas. El disco no es tanto de referencia por la interpretación (aunque esta es excelente), como por convertirse en legado del Vogt tan grande como músico y compañero.
Juan Gómez Espinosa