Como todo capitán de navío berlinés, Rattle está llamado para navegar por los mares del clasicismo y romanticismo alemán, en los que el viento no siempre le sopla a favor (Mozart, Beethoven, Brahms, Bruckner, Wagner), mientras que en las escarpadas aguas del posromanticismo y siglo XX sí que se desenvuelve como pocos, como ya demostró en los imprescindibles documentales “Leaving Home” sobre música del siglo XX (Arthaus). Este Schönberg y en parte Brahms (la orquestación de Schönberg del Cuarteto con piano en sol menor del hamburgués destila modernidad a cada compás) ya habían sido grabados por Rattle, la Sinfonía en su versión para 15 instrumentos con Birmingham (Emi) y la orquestación del Cuarteto en aquel EuropaKonzert en Atenas en 2004 (EuroArts). Rattle ha vuelto a dar en la diana, esta vez con mayor perfección que entonces, tanto en el Cuarteto (dirección en el Andante y en gran parte del Rondo), como en la Sinfonía, aquí en su versión para gran orquesta (1935), con una Berliner Philharmoniker de bellísimo sonido a la que Schönberg y sus espesas texturas siempre le ha sentado de maravilla. Lo de la Músicade acompañamiento... no tiene nombre: Rattle en estado puro. Explica, disecciona y ataca desde proa a popa y por babor y estribor.