Regresa la gran dama del piano a su repertorio más querido, o al que más añora, dado el título brasileiro de este precioso disco del sello eaSonus, editado con mucho mimo (notas de Carmen Delia Romero, también en castellano). Son obras que retornan a la mente de la pianista tras vivir una vida entera, más maduradas que en sus anteriores y espléndidos registros para Teldec (años noventa), donde los dedos corrían más fluidos (Finale de la Sonata de Tchaikovsky) y donde el sonido, en conjunto, tenía más brillo. En esta grabación (Bremen, 2017), de sonoridad más densa y con gran presencia de graves (inenarrable la oscuridad del Preludio Op. 3/2 de Rachmaninov, una interpretación colosal), la estructura es la base de la técnica, no se cita un verso, se recita todo el poema, sin pasar por alto cada matiz pero sin resaltar en exceso algunas frases. Es exactamente poesía lo que logra Leonskaja, hasta en la fuga (el Moderato final) de la Sonata n. 2 de Shostakovich, “explicada” como nunca antes (Ashkenazy, Gilels o Nikolayeva entre otras grabaciones). Si el mes pasado atendíamos el Tchaikovsky pianístico de otro ruso, Nikolai Lugansky, como uno de los discos del mes, este Saudade (hasta la Elegía de Rachmaninov tiene una interpretación con cierto swing brasileño) no hace más que tomar su testigo, por pianista y por música.

Gonzalo Pérez Chamorro