Philippe Jaroussky. Freiburger Barockorchester / Petra Müllejans (violín y dirección).
Erato, 0825646491599 · (DVD)
En búsqueda de Dios
Quien haya seguido estrechamente la carrera de Philippe Jaroussky experimentará, al mismo tiempo, curiosidad y emoción cuando tenga este disco entre sus manos. Si algo caracteriza al francés es su constante afán por explorar diferentes repertorios fuera de su zona de confort para dominarlos y conquistar con ellos a su público. Esa osadía conlleva a veces algunos riesgos, por supuesto, pero también meritorios y sobrecogedores aciertos. En esta ocasión y dando un paso de gigante, se escapa de las caricias vertiginosas de sus adorados compositores italianos y de la sinuosidad de la mélodie française para introducirse en la espiritualidad de dos pilares fundamentales en el Barroco alemán de la primera mitad del siglo XVIII: J.S. Bach y G. P. Telemann. Es para él un reto más que respetable desde la parte conceptual y, sobre todo, idiomática. Sin embargo, se trata de un escalón deseable y natural que hubiera tanteado tarde o temprano. Puede ser que, tras presentar con éxito este repertorio en el Konzerthaus de Berlín, a finales de 2015, se hallase con el ánimo suficiente para tal hazaña y que este disco sea consecuencia de ello. Viene acompañado esta vez por la Freiburger Barockorchester, uno de los grupos europeos más brillantes en el terreno de la interpretación histórica.
Si ya de por sí los compositores generan respeto, más aún lo hacen las piezas escogidas. Jaroussky se encuentra muy cómodo en el terreno de lo sacro, como ya demostró en su disco anterior: Pietà (Erato, 2014). No extraña, por tanto, que se centre en la Cantata, corazón musical del Luteranismo. Aunque Telemann fue más prolífico en ese campo, con más de 1.700 creaciones, J.S. Bach alcanzó el cénit en cuanto a variedad de estilos e intensidad emocional. De sus aproximadamente 200 obras conservadas, el contratenor ha escogido dos escritas específicamente para una sola voz. Son, además, obras tremendamente veneradas: Vergnügte Ruhm beliebte Seelenlust y sobre todo la conmovedora Ich habe genug. Éstas van intercaladas entre Die Stille Nacht y Jesus liegt in letzten Zügen, dos hermosas cantatas de Telemann.
Con un elegante empaste sobre todo en las cuerdas, unas cuidadas articulaciones, unos contrastes muy meditados y un fraseo excelso, la Freiburger Barockorchester se posiciona como la base dramáticamente perfecta sobre la que Jaroussky exhibe sus fascinantes cualidades: un refinadísimo legato, una musicalidad enternecedora, una pronunciación trabajada y una luminosidad vocal tan encendida que proyecta en música su humilde pero esperanzador deseo de alcanzar el oído del mismísimo Dios, tal y como se concebía en el siglo XVIII. Como apuesta personal, no renuncia a la dulzura expresiva que le caracteriza en detrimento de un mayor contraste entre los afectos por lo que el impacto de los mismos se reduce ligeramente. Mención especial merece, por otra parte, la sensacional toma de sonido que destaca por su perfecta claridad y equilibradísimos balances.
Delia Agúndez