Nazhmiddin Mavlyanov, Aida Garifullina, Ekaterina Semenchuk, Yuri Minenko, Stanislav Tromifov, etc.
Orquesta y Coro del Teatro Bolshoi / Timur Zangiev. Escena: Dmitri Tcherniakov.
BelAir BAC188 (2 DVD)
SADKO ACTUALIZADA
Aunque fuera del país son contadas las ocasiones en que se pueden disfrutar óperas menos frecuentadas de los grandes compositores del repertorio ruso, este calificativo no se puede aplicar dentro del país, pues uno de los teatros más emblemáticos de la capital, el Teatro Bolshoi, ofrece cada temporada títulos que, en algunos casos, suponen auténticas rarezas para nosotros. Sadko no nos es del todo desconocida, pero pocas veces se puede ver en otros escenarios europeos; eso sí, parte de su música sí que nos es popular por ciertos extractos que grandes figuras, rusas y no, han registrado en los estudios desde hace casi un siglo.
Procedente del mismo Bolshoi, aparece ahora una producción firmada por el polémico director de escena Dmitri Tcherniakov (ya se habló el mes pasado de la excepcional La doncella de nieve, también de Rimsky, con también escena de Tcherniakov), que en este caso hace una interesante labor de actualización sin dejar de conectar con el espíritu de leyenda popular en el que se basa la obra: la saga épica del medievo ruso que lleva el mismo nombre, el del protagonista e intérprete del gusli que se adentra en lo mágico de la mano de la princesa del mar Volchova. En este caso, la propuesta de Tcherniakov nos lleva a una especie de parque temático que recrea la época mágica en que tiene lugar la trama y en la que el protagonista, con vestuario actual, podrá dar rienda suelta a sus impulsos y deseos; se trata de un montaje lleno de recursos (no se escatiman medios cuando se requiere, siempre haciendo ver que es un mundo recreado) y se homenajea además a anteriores montajes de la ópera, tanto en Moscú, con guiños las producciones de 1906, 1902 y 1949, como en San Petersburgo, en este caso las de 1901 y 1914.
En el aspecto musical, los conjuntos estables del teatro moscovita impactan por su homogeneidad, con un coro de gran empaste y una orquesta precisa, impecable, llevada con pulso e ímpetu por el joven Timur Zangiev, aun no treintañero. El protagonista es un entregado Nazhmiddin Mavlyanov, tenor que lleva casi una década en el Bolshoi interpretando exigentes roles protagónicos gracias sus medios rotundos y sólidos. Sabe plegar bien su instrumento a lo elegiaco de las escenas con Volchova y también expandirlo en las escenas dramáticas con Lubava. A esta última la encarna una, como de costumbre, exuberante Ekaterina Semenchuk, que resulta todo un lujo para tan breve rol con su voz oscura, potente y sin problemas en el ascenso al agudo. Y cerrando el trío protagonista, la también excelente Aida Garifullina como princesa Volchova. Tiene una luminosa voz de soprano ligera que, sin embargo, no parece estar exenta de volumen y la usa con maestría en sus momentos clave. El resto del reparto, habituales de la compañía en líneas generales secundan con nivel a los protagonistas.
Pedro Coco