RAMEAU REFERENCIAL

Jean-Philippe Rameau compuso en 1733 su primera ópera, Hippolyte et Aricie, a la que el propio compositor denominó “Tragedia lirica”, término que presagia la enorme intensidad de un drama que revolucionó el devenir de la música francesa.

En esta ocasión podremos disfrutar de la tercera revisión de esta fabulosa ópera, la versión de 1757. Gracias al presente DVD publicado por Naxos, cualquier aficionado podrá regocijarse de la deliciosa música y escena de la aclamada producción que la Opéra Comique de París representó sin público en noviembre de 2020 debido a la pandemia.

Conociendo todos estos prolegómenos, encontramos este tremendo drama aún más sobrecogedor, ya desde su fantasiosa obertura, impecablemente interpretada por Pygmalion, bajo las órdenes del siempre vital y soberbio músico que es Raphaël Pichon. A este clima fatalista le ayuda sobremanera la inquietante puesta en escena de Jeanne Candel, apoyada en elementos escénicos de gran fuerza y expresividad, como las escaleras y el ascensor de los actos que transcurren en el inframundo o la cortina blanca del primer acto que termina manchada al completo por los rifles del coro que disparan pintura. Debemos alabar asimismo la gran labor realizada en la dramaturgia y en la dirección actoral por Lionel Gonzalez, quien consigue unas relaciones entre los distintos roles de una veracidad y naturalidad dignas de la mejor obra de teatro.

El elenco vocal está perfectamente escogido, si bien los dos roles protagonistas, que sorprendentemente inician la ópera, son de una especial repercusión. Hippolyte, interpretado por el haute-contre Renoud Van Mechelen, poseedor de un registro agudo muy fácil, de una gran naturalidad y expresividad. Aricie está encarnada por una formidable Elsa Benoit, quien muestra su preciosa y plena voz llena de sutilezas y apoyada en un fiato formidable. Sylvie Brunett-Grupposo es una regia y madura Phèdre, perfectamente escogida para su rol, mientras que Stéphane Degout da toda una lección magistral de interpretación y técnica vocal en su terrible personaje, Thésée, enfrentándose a un implacable Plutón, Arnaud Richard.

La omnipresente Lea Desandre da vida hasta a cuatro personajes distintos, mostrando su gran capacidad para adaptarse a cualquier rol en una dicha de naturalidad y belleza vocal, especialmente cuando ella finaliza la tragedia con la deliciosa ariette “Rossignols amoureux”, llena de magia, tanto por las magníficas flautas que imitan a los ruiseñores, como por la sutilidad y carácter hipnótico que la mezzo nos regala.

Si a todo ello sumamos un excepcional coro y una orquesta que mantiene un nivel musical altísimo, destacando el excepcional bajo continuo, repleto de sutiles cambios de afecto y siempre atentos, junto a Raphaël Pichon, a cada solista, nos encontramos ante una interpretación referencial de esta magna ópera.

Simón Andueza