Copenhague, 2012-14. Obras de BEETHOVEN, BERLIOZ, RODRIGO y R. STRAUSS. Dir: Arne J. Rasmussen.
Dacapo, 2.110417-22 (6 DVDs)
CAOBA BIEN TRATADA
El sello Dacapo nos regala estos documentos de los años daneses de Frühbeck de Burgos. El burgalés había desembarcado al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional de Dinamarca en 2012 con la difícil tarea de poner orden en una agrupación que no estaba pasando por su mejor momento, consiguiendo unificar criterios y solucionando las tensiones que se habían creado en los últimos tiempos de la agrupación. Las imágenes aquí contenidas comprenden conciertos celebrados en la fabulosa DR Koncerthuset de Copenhague entre septiembre de 2012 y enero de 2014. O, lo que es lo mismo, en estos DVD se encuentran testimonios del último año y medio de la carrera de un director que basó su personal arte en la aplicación y el trabajo.
Así es como tuvo que cesar su tremenda actividad, trabajando, tras el desvanecimiento sufrido en Washington aquél fatídico 14 de marzo de 2014 durante el transcurso de un concierto. Desde entonces no volvió al podio de director y el anuncio de su retirada, el 4 de junio de ese mismo año, no hacía presagiar nada bueno; finalmente el cáncer acabó con su vida una semana más tarde.
Se puede decir que el burgalés fue el continuador de la labor iniciada por nombres como los de Arbós, Pérez Casas o Argenta, en lo que se refiere a establecer una proyección internacional de la dirección orquestal española. Frühbeck fue mucho más allá, incluso, que éste último, traspasando los límites franceses o suizos por los que se movía con asiduidad el de Castro Urdiales, ocupándose por la implantación de las bases para el desarrollo de una faceta de la actividad musical española no reconocida en toda su magnitud, hasta entonces, dentro y fuera de nuestras fronteras.
La formación musical temprana, con unos padres de procedencia alemana, le hicieron conformar un repertorio centrado en la tradición centroeuropea, pero con una fuerte presencia de la música de nuestro país, como no podía ser de otra manera. Las imágenes que comentamos a continuación nos ofrecen algunas de las últimas lecciones de este incansable trabajador.
El núcleo central del álbum está compuesto por las nueve Sinfonías de Beethoven que el burgalés ofreció en la sala danesa entre septiembre de 2012 y junio de 2013. Nada mejor que un ciclo sinfónico del de Bonn como base para hacerse con las riendas de una orquesta que necesitaba de una cabeza pensante para unificar criterios. Frühbeck construyó siempre un Beethoven muy directo, de fuerte músculo, sin concesiones, atendiendo fundamentalmente al aspecto más arquitectónico de la estructura de estas obras. Así es como se lo hace ver a la orquesta danesa, una formación de buen nivel general, y en la que el burgalés acertó a transmitir un natural equilibrio entre las diferentes secciones instrumentales.
La grabación de la Primera procede de los conciertos celebrados los días 6 y 7 de septiembre de 2012; en ella el director se encarga de exponer la herencia “haydniana” que indudablemente posee, tan bien conocida por él mismo, pero sin desatender un idioma beethoveniano ya perfectamente asimilado. La Segunda fue registrada durante los conciertos celebrados una semana más tarde. Frühbeck expone la obra sin prisas; los tempi empleados permiten transmitir la partitura con claridad, y acercan su espíritu a la Tercera, grabada durante los conciertos de los días 6 y 7 de diciembre de este mismo año. Nuestro director construye una Heroica de frío realismo, fiel a sus principios, donde no hay lugar para ambigüedades ni contemplaciones melódicas, y muy atento al equilibrio estructural de la obra.
La Cuarta, de los días 24 y 25 de enero, ya en 2013, se ve perjudicada por un segundo movimiento trazado de forma demasiado escueta, algo parecido a lo que ocurría en el tiempo análogo de la Segunda; eso sí, una vez más encontramos a un Frühbeck fiel a sus convicciones para esta música. La Quinta, de los días 21 y 22 de marzo, es como el director burgalés entendía la obra, de un solo trazo, quizás nerviosa en exceso, y en la que los diferentes movimientos se suceden como si el compositor hubiese plasmado la indicación attacca entre ellos, y no sólo entre los tercero y cuarto. En la Pastoral, de los días 25 y 26 de abril, el director no se pierde en divagaciones. Apoyado en unos tempi sumamente adecuados, huye de cualquier atisbo de sentimentalismo, algo en que es frecuente caer en esta obra, olvidando lo alejada que se encuentra esa palabra de Beethoven.
La Séptima, de los días 24 y 25 de mayo, es magnífica, de tremendo pulso interno. Con las Octava y Novena de los días 30, 31 de mayo y 1 de junio, se llega a los puntos más flojos del ciclo. En la Octava no termina de alcanzar el necesario vuelo que inunda la partitura de energía. La Novena es muy irregular, sin llegar a transmitir sensación de unidad. Incluso el coro tarda tiempo en entrar en situación, con un discreto cuarteto solista en el que lo más destacable es la actuación del bajo Johan Reuter.
Tampoco la Sinfonía Fantástica de Berlioz es de lo más conseguido del álbum, aunque posee la inequívoca firma del director. Entre Pepe Romero y él hacen una extraordinaria versión del Concierto de Aranjuez (21 y 22 de marzo), donde la experiencia de ambos se hace presente en cada momento. Con todo, lo mejor del álbum es la gran Sinfonía Alpina del 23 de enero de 2014, que bien podría considerarse como testamento sinfónico de un Frühbeck de Burgos, que siempre fue un excelente traductor de la música orquestal de Strauss. Nos hace olvidar los escasos momentos menos buenos de unos DVD donde predomina la madera de alta calidad, curada y repujada por un gran y entrañable artesano.
Rafael-J. Poveda Jabonero