En este disco, Alessio Bax se revela como un intérprete formidable de la música de Rachmaninov. El grueso del mismo lo conforman los Preludios Op. 23, normalmente compañeros de la magistral Op. 32, que, en vista de lo escuchado, esperemos aparezca pronto de manos del italiano. Su extraordinaria capacidad técnica le permite hacer todo lo que se propone, y siempre acertadamente. No sólo resulta espectacular el grado de virtuosismo que alcanza el de Bari, sino también la aplicación de todo ese formidable saber hacer al servicio de la expresividad, alcanzando momentos de ardiente pasión (como el núm. 7) y lirismo verdadero (núm. 6). El magnífico núm. 4 muestra el excelente trato de los distintos planos, gracias a la riquísima paleta de volúmenes que maneja. Y respecto a las melodías, además de estar estupendamente cantadas, destacan claramente del resto sin perderse nunca ningún hilo del intrincado tejido musical, algo fundamental. Todo ello con un rubato muy contenido (núm. 1) que aporta aún más vida a la música. Además de otros preludios sueltos, se incluyen varias obras tempranas como la deliciosa Melodie, y un arreglo propio de Vocalise, también magnífico. Recomendable sin reservas.