Mágica, fascinante interpretación de la más misteriosa y fascinante de las óperas de Richard Strauss. Me refiero sobre todo a las imágenes de esta bellísima puesta en escena de Ennosuke Ichikawa, legendario hombre de teatro japonés que despliega una imaginación extremadamente seductora en esta historia irreal, fantástica, sobrenatural, alegórica, plasmándola en imágenes de extraordinaria belleza plástica mediante sencillos artificios escenográficos, un vestuario y unos efectos de luz realmente maravillosos. Una experiencia visual inolvidable, como bien recuerdan quienes presenciaron este trabajo en el Teatro Real. El presente DVD fue filmado, con excelente realización, buena definición de imagen y espléndido sonido, en la ciudad japonesa de Nagoya en noviembre de 1992, en una visita a Japón de la Ópera Estatal de Baviera. Pero no sólo es fascinante esta versión por lo que se ve, sino también por lo que se oye, que, en conjunto, es extraordinario. En primer término por la acertada e inspirada dirección de Sawallisch, que quizá supera su espléndida versión discográfica para EMI de 1988. Soberbia la prestación del coro, y algo menor la de la voluminosa orquesta (con un cometido tan importante como difícil). El reparto vocal, salvo en un caso, es sensacional: el Emperador de Peter Seiffert, voz de tenor juvenil timbradísima, que anunciaba su entonces futuro casi heroico, segura arriba y con una línea de canto modélica, sólo tiene igual en Domingo, en la grabación de Solti en CD (Decca del mismo año 1992, un álbum absolutamente imprescindible). La Emperatriz de Luana DeVol es única, sin parangón en toda la discografía (incluyendo a Julia Varady en el referido CD de Solti y a Cheryl Studer en su DVD, también Decca del año 92): voz bellísima, timbrada, de agudos dulces pero llenos y penetrantes: ¿cómo es posible que esta soprano no fuese más conocida ya por esos años? A idéntico nivel se halla la Nodriza de Marjana Lipovsek, una mezzosoprano de medios formidables, de agudos alucinantes y graves sólidos, que supera su también magnífica actuación en el DVD de Solti). Ni qué decir que tampoco tiene parangón en ninguna de las grabaciones de Die Frau ohne Schatten. A menor nivel, pero muy solvente, el Barak de Alan Titus, robusta voz de barítono-bajo, intérprete y cantante suficiente en un papel despiadado (como los cinco principales de esta ópera). El lunar del reparto –por lo demás el fiasco habitual– es la Mujer de Barak, un endemoniado papel hiperdramático al que rara vez se ha podido hacer justicia: aquí Janis Martin hace lo que puede, dando las notas (con más potencia que belleza) y poco más. Estupendos Jan-Hendrik Rootering como Mensajero de los espíritus y Caroline Maria Petrig como la Voz del halcón. En conjunto, tomas de mayor calidad y un elenco superior al de Solti en el DVD (Thomas Moser, Studer, Robert Hale, Eva Marton, Lipovsek, Terfel), aunque no a los de su referida versión en CD (Domingo, Varady, Van Dam, Behrens, Dohmen).