Rachel Willis-Sørensen, soprano; Sebastian Pilgrim, barítono. Gewandhausorchester Leipzig / Andris Nelsons.
Sony Classical 19439921722 (CD)
Pocas cantantes de nuestros días tienen la etiqueta de straussianas, pero Rachel Willis-Sørensen, entrevistada el mes pasado en RITMO, posee el título de “La mariscala del canto”, tal y como tituló Blanca Gallego su entrevista con la americana. Y además ha tenido como maestro de ceremonias a Andris Nelsons, que sabe manejar la tensión y la voluptuosidad de la escritura de Strauss, siempre en el filo de la navaja, entre lo sublime y lo accesible. “Los astros se alinearon para que Nelsons, la Gewandhausorchester y yo grabáramos juntos este álbum dedicado a Strauss”, afirmaba la soprano, y no sabe la razón que tiene, puesto que el suntuoso sonido de la Gewandhaus casa a la perfección con su timbre, de amplias resonancias, lírico y oscuro a la vez, que deja momentos de inefable belleza en Frühling (domina el caudal de su voz para no emitir el volumen excesivo que rebaja la intimidad pero no aminora la intensidad) o en el comienzo de Beim Schlafengehen, uno de los más bellos escuchados en los últimos años (dirigido con tempo perfecto, que parece más lento, pero no lo es; ahí radica la sabiduría de Nelsons). Quizá a Im Abendrot (dirigido desde el Walhala), se le puede poner algún reparo; inevitablemente este Lied siempre nos remite a Schawarzkopf, Jessye Norman o Fleming.
La grabación, que parece seguir el modelo de duración actual de las series (45 minutos, para degustar de una tanda en las plataformas digitales), se completa con la escena final de Capriccio, territorio natural de la soprano y otro ejemplo de maestría del letón.
Gonzalo Pérez Chamorro