El Cuarteto Gerhard pide paso. Y lo pide como en su momento lo hicieron otros cuartetos españoles. Mostrando sus credenciales en este harmonianova#4, dentro de la serie que HM dedica a grabaciones con jóvenes intérpretes, con obras de Schumann, Berg y Kurtág (a priori ninguno de los tres forman parte de lo “esencial” de la historia del cuarteto de cuerda), parece una buena declaración de intenciones. La realidad es el sonido, y este es de una personalidad que atrapa desde la primera nota. Sin perseguir un equilibrio sustentado en el sonido clásico del cuarteto, el Gerhard suena con energía y modernidad. En el Op. 41/3 de Schumann, el más interpretado de los 3 del autor de Dichterliebe, la poesía se enciende a cada paso, como en el acelerado pulso que le confieren a las variaciones del Assai Agitato, que revela una pasión desmesurada por lo que tocan. Este Schumann es una música difícil de montar (especialmente el movimiento inicial), pero alcanza cotas sublimes en el Adagio molto, donde recrean una atmósfera romántica, un mundo irreal de ensueños (el tempi no se deleita en el molto, pero la intensidad expresiva es enorme).

En el conflictivo mundo de la Suite Lírica de Berg, ofrecen visión muy adelantada, muy camerística, sin limar los escabrosos motivos y mensajes que fluyen constantemente. Y concluyen con el mágico Officium breve de Kurtág, noble apoteosis que bien les vale para cerrar el disco.

Gonzalo Pérez Chamorro