Anna Netrebko, soprano; Marianna Pizzolato, contralto.
Orquesta de la Academia Santa Cecilia, Roma.
Dir.: Antonio Pappano.
D.G., 4778857 (DVD)
UNA ASOMBROSA ANNA NETREBKO
Este que acaba de publicarse se ha convertido de golpe en mi Stabat Mater de Pergolesi favorito: ninguno de los originales, auténticos o historicistas que conozco (¡lo siento!) me gusta, y de los que no lo son ni lo pretenden, tanto el de Charles Dutoit (con June Anderson y Bartoli, Decca 1993) como el de Riccardo Muti (con Frittoli y Antonacci, DVD, EMI 2000) me parecen un poco fuera de órbita y mucho o bastante románticos. Ni una cosa ni otra puede decirse de esta primera aproximación de Pappano al barroco (y su primera grabación para D.G.), sumamente equilibrada al evitar los excesos de un lado y otro: desde el clave y asesorado por un concertino especialista en ese estilo, mantiene a raya el vibrato y no frasea como si fuese Dvorák, pero tampoco irrita mis oídos con chirridos o incesantes reguladores de los violines. Además, su sentido musical y dramático son de proverbial lucidez. ¡Hay que ver lo bien y lo propia que hace sonar a la orquesta, nada acostumbrada a músicas de esta época, en la preciosa Sinfonia (obertura) de Li prodigi della divina grazia nella conversione e morte di San Guglielmo! A ver si hay más grandes directores no especialistas en el barroco que se animen a hacer música de ese estilo... pueden tener mucho que decir. Pero las alegrías que produce este disco no acaban aquí: al sublime Stabat y la referida obertura se añaden dos cantatas, tan raramente oídas y grabadas como estupendas: Nel chiuso centro, para soprano, y Questo è il piano, para contralto. En la primera, asombran la inteligencia y la intuición con que la Netrebko dice los recitativos: ¡qué enorme talento! Y no hablemos de la belleza de su voz y de su legato... De todo ello hace gala también en el Stabat, en el que su timbre y su canto se acoplan a la perfección con la Pizzolato (escúcheselas en “Sancta Mater”). Esta última se halla a medio camino entre una mezzo y una contralto, lírica, de timbre muy hermoso y excelente línea, a la que sólo se le puede achacar cierta torpeza para algunos trinos. En el Stabat, tras la música algo chocante (por pimpante) del aria de contralto “Quae moerebat”, tenemos una sentida y emocionante interpretación del dúo “Quis est homo”, la serena pero impresionante aria de soprano “Vidit suum”, la dramática dirección en “Fac ut portem” o el aire doliente de “Quando corpus morietur”. Por señalar sólo algunos pasajes. Un disco, en fin, para disfrutarlo muchísimo. (La versión “de lujo” añade, además de un cuadernillo con numerosas fotos, un bonus DVD con ensayos y declaraciones de Netrebko, Pizzolato y Pappano, más una sesión de fotos a las dos cantantes).
A.C.A.