Por el amplio arco temporal de las obras que la conforman, la reciente grabación de los miembros del Tippett Quartet presenta, ante todo, un gran valor para acercarnos a la mentalidad y planteamiento estético del compositor polaco Krzysztof Penderecki.

Desde de las sonoridades más vanguardistas del Cuarteto n. 1 (1960), compuesto bajo la influencia de Berio y Xenakis, y las disonancias más estructuradas y su gesto convulso con los indudables reflejos de Ligeti del Cuarteto n. 2 (1968), se conduce al oyente hacia el breve y contenido (aunque con una amplia gama de estados de ánimos fugaces), de Der unterbrochene Gedanke (1988). Páginas que Penderecki articula en un único movimiento recurriendo a dos en su Trío de cuerda (1990-91), tonal en su mayor parte y que en un cierto sentido prepara la atmósfera más personal, reflexiva e incluso autobiográfica del Cuarteto n. 3, ya desde el título “Leaves from an Unwritten Diary” (2008), y en el que vuelve a un único movimiento. Completa este viaje estético el Cuarteto n. 4 (2016), de nuevo articulado en dos movimientos, con un marcado componente folclórico y cuya brevedad deja una aparente sensación de no conclusión.

Una grabación realizada en St John the Evangelist Church, en Oxford (Inglaterra), cuya acústica ayuda a la perfecta escucha de cada detalle de una interpretación brillante que cumple con las exigencias técnicas y emocionales con gran claridad, convicción y precisión haciendo más accesible la comprensión de la profundidad e intensidad de la continuidad del lenguaje musical del compositor.

María del Ser