Felicity Lott, Natalie Dessay, Yann Beuron, Jean Paul Fouchecourt.
Les Musiciens du Louvre-Grenoble y Orquesta Ópera de Lyon.
Dir.: Marc Minkowski.
Arthaus 107 506 • 2 DVDs
TOMÁRSELO A BROMA
Arthaus reúne en un único volumen dos títulos de Offenbach publicados no hace mucho tiempo por separado en grabaciones capitaneadas por Marc Minkowski que merecieron comentarios muy elogiosos por parte de quien firma y que harán las delicias de cualquier aficionado que sepa tomarse la ópera a broma.
Es esto algo que, en principio, uno no esperaría de gente tan seria como Les Musiciens du Louvre-Grenoble de Minkowski, que constituye un caso atípico por su original evolución a lo largo de los últimos treinta años: inscritos inicialmente dentro de la corriente renovadora de los criterios interpretativos de la música antigua que alumbró la vida musical francesa en la década de los ochenta, la orquesta ha ido incorporando a su repertorio obras líricas más tardías y, a lo que se ve, de muy variado corte.
El primero de estos dos registros, sin ir más lejos, recupera un montaje de Orphée aux enfers producido por el muy imaginativo Laurent Pelly para la Ópera de Lyon en 1997 que podría considerarse como una simpática gamberrada. El montaje, entre surrealista y almodovariano, subraya su carácter de farsa, de astracanada que, en irreverente subversión del mito clásico, presenta a Orfeo y Eurídice eternamente enfrentados hasta que una picadura de serpiente envía a Eurídice al infierno y la Opinión Pública insta a Orfeo a que vaya en su búsqueda para evitar un escándalo. Los cantantes-actores están a una altura superlativa, comenzando por la Dessay vocalmente irreprochable y magnífica comediante que conocemos, siguiendo por el simpático Orfeo de Yann Beuron hasta el divertidísimo Plutón de Jean Paul Fouchecourt.
El segundo registro nos ofrece una puesta en escena de La belle Hélène menos delirante, pero igualmente eficaz contra la melancolía, la afectación y los accesos de seriedad. El espectáculo, concebido en 2000 para el Châtelet parisino, es otro maravilloso despiporren que vuelve a funcionar como un perfecto mecanismo de relojería gracias al talento de Laurent Pelly, el aire festivo que Minkowski sabe imprimir a sus “musiciens” y el desempeño de un reparto en estado de gracia: Dame Felicity Lott es eso, una dama del canto y del escenario, pero también una guasona de marca mayor que se encuentra en su salsa con el papel de Hélène; Yann Beuron reaparece como un simpático Paris y Michel Senechal y François Le Roux hacen gala de sus tablas para redondear el elenco con unos Menelaus y Calchas de antología. La cosa se completa con un documental de 26 minutos con entrevistas a los responsables que no interesa tanto como el espectáculo mismo.
D. F. R.