Josu de Solaun, pese a su éxito y reconocimiento, es un pianista que se mueve muy bien en los márgenes. Un artista que se arriesga, tanto técnica (no duda ante repertorios complejos y poco comunes, y se enfrenta a música "escrita" y también a la improvisación) como conceptualmente. En realidad, De Solaun es más que un pianista de técnica eficaz y potente: es un músico integral. Dentro del ciclo de la Fundación Juan March "Música en la noche", de 2019, De Solaun propuso un programa a priori esperable, centrado en esa forma libre y sugestiva que es el "nocturno". Sin embargo, el pianista dejó fuera de las tablas a Field, Chopin y compañía para apostar por nocturnos "alternativos", con visiones o menos oscuras, o más experimentales o, sencillamente, menos divulgadas. La sugerencia nocturna no desaparece, y seguimos encontrándonos con elementos propios de la vigilia (desde el recogimiento hasta la inquietud, desde el misterio hasta la esperanza de amanecer), pero con un amplio y heterogéneo catálogo de estéticas: las últimas bocanadas decimonónicas de un Faure o un Martucci, la estampa pintoresca de un Enescu, la búsqueda de nuevos aires sin llegar a la revolución (Respighi, Griffes, Barber, Vladigerov) o el aliento jazz de Hersch.

No hay pieza en este disco que no merezca la pena escuchar (algunas son interesantes incluso dentro de la creación de su propio autor), y todas están interpretadas con honestidad y calidad. Un auténtico regalo que debemos agradecer a De Solaun.

Juan Gómez Espinosa

https://www.march.es/es/march-vivo/nocturnes-margins