Orquesta Sinfónica Nacional Danesa / Fabio Luisi.
DG 4863471 (3 CD)
TRANSPARENCIAS
Cuando Frühbeck de Burgos dimitió de la titularidad de la Sinfónica Nacional Danesa tan sólo una semana antes de fallecer, a mediados de 2014, la institución puso su mirada en Fabio Luisi, quien se puso al frente de la misma, aunque con efectos de 2017. El italiano continuó la labor que Frühbeck había desarrollado durante los años anteriores, que llevaron a la formación a un nivel considerable. Ahora, el excelente estado de la Orquesta puede ser comprobado con esta nueva integral de las Sinfonías de Nielsen que DG ha reunido en estos tres CD que ya habían sido publicados anteriormente por separado. Esta nueva integral nos advierte del buen entendimiento entre el director titular y sus componentes. La personalidad del genovés va a las mil maravillas a una formación que, como en el caso de Frühbeck, buscaba para el podio alguien en quien confluyesen los caracteres centroeuropeos y latinos del mismo modo, algo que se cumple en Luisi por su procedencia y su formación. En realidad, esta integral de las Sinfonías de Nielsen, que pronto se verá completada con los Conciertos, quién sabe si también con el resto de la obra orquestal del danés, parece una carta de presentación del nuevo director de la Orquesta.
La comunión de Luisi con Nielsen es perfecta, parece como si hubiese dirigido la música del danés durante toda su vida; no sólo encontramos unas ejecuciones impecables, un adecuado entendimiento del lenguaje del compositor, además hay en ellas una huella indiscutible del director, que las dota de una personalidad propia que las distingue de otras. Todo en esta integral suena como si Luisi transmitiese un auténtico descubrimiento; y no sólo eso, sino la excitación producida por ese descubrimiento. Por otra parte, Luisi trata estas obras sin complejos, como si hubiesen sido compuestas por los grandes sinfonistas centroeuropeos. Pero claro, es que Nielsen es uno de ellos, algo que muchas veces se olvida.
Otra característica es que Luisi trata por igual a cada una de las obras. En ningún momento da nada por sentado, sino que acierta a escudriñar tras lo escrito en el pentagrama para que aflore toda la música en su integridad. Pocas veces se ha escuchado una Primera como la que aquí se marca el genovés, donde no se deja ni un cabo suelto, y en la que despliega toda la dosis de vitalidad vertida por el compositor. Segunda y Tercera son también logros indiscutibles, a la altura (si no por encima) de las batutas más especializadas que se han ocupado (ocupan) de esta música a través del tiempo. Decir de la Cuarta que el italiano se acerca muchísimo a lo que Karajan hizo con su Filarmónica de Berlín, es decirlo todo, pues hay cimas inalcanzables. Quizás sea la Quinta lo más “discutible” de la integral, por ciertos desajustes en la segunda mitad de la primera parte; sección por lo demás, casi imposible. En cualquier caso, no empaña, de ningún modo, el resultado global. Finalmente, la Sexta es un prodigio de combinación entre análisis de la partitura e ironía, sin duda otro de los grandes logros de una integral de obligado conocimiento para todo gran melómano que se precie.
Rafael-Juan Poveda Jabonero