Lang Lang, piano. Orquesta Filarmónica de Viena / Nikolaus Harnoncourt.
Sony, 88843082532 · (2 CDs )
THE KID
En el número de octubre de este año que acaba, Lorena Jiménez entrevistó a Lang Lang, el cual nos contaba lo inmensamente gratificante que había sido para él grabar Mozart con Harnoncourt y la Filarmónica de Viena. Habló de todo, sugerencias de Harnoncourt, posturas interpretativas, etc. Nos pudimos hacer una idea de qué iba el asunto, pero hasta la escucha de este doble disco, editado en formato normal, formato libro-disco de lujo y long play (elepé de toda la vida), no hemos podido comprobar la absoluta maravilla del Mozart que surge del encuentro entre el maduro director, portada de RITMO en septiembre, y el joven pianista, the kid.
Puede que la imagen de Lang Lang sea comercial, puede que lleve ropa fashion de última moda, puede que invierta más horas de las que debiera en peluquería, pero este chico toca como pocos, y no solo toca, entiende la música de manera prodigiosa, tiene una capacidad innata para penetrar en los espíritus propios de cada compositor. Y Mozart es piedra de toque, como lo pueden ser Beethoven, Haydn, Schubert o Bach. O Chopin, donde ha demostrado su entendimiento.
El reciente Mozart de Harnoncourt con las tres últimas Sinfonías con su Concentus Musicus Wien era de armas tomar, dada sus arriesgadas propuestas. En esta ocasión, con una más difícil de dominar Filarmónica de Viena, no solo acierta a dar en la diana interpretativa, si no que va más allá, logrando estados de una belleza sonora y expresiva excelsa, ayudados por una grabación extraordinaria. El Concierto n. 24 se presenta como debe, en ese estado de inminente romanticismo, como un huevo del que brotará el Romanticismo, ya fracturado, por donde ya brotan los primeros impulsos románticos con fuerza. El n. 17, si cabe aún mejor, alcanza en el Andante uno de sus momentos históricos interpretativos. Emocionante la fusión de hondura y naturalidad.
Si los Conciertos eran grabaciones de estudio, las Sonatas están extraídas de su recital en el Royal Albert Hall londinense de marzo de 2013, con pequeños bises repletos de encanto, como una velocísima Marcha turca. Son Sonatas de la primera etapa mozartiana, que culminan en una K 310, un prodigio de creatividad en la exposición y arranque del Allegro, creando una bellísima aria flotante en el Andante (las voces son proverbialmente claras). De la K 282 se recrea en los vaporosos trinos del lento (jamás se ha tocado de este modo), mientras que la Sonata K 283 (Andante antológico) confirma en Lang Lang que se necesita, además de un pianista, de un niño que entienda este lenguaje para afrontar esta deliciosa y, por momentos, infantil música.
Gonzalo Pérez Chamorro