DELICIOSA INTEGRAL MONTEVERDIANA

Nos hallamos ante otro de los hitos que la discográfica Naxos ha ido desarrollando durante dieciocho años. Desde la grabación y publicación en 2002 del primer volumen de la serie, la monumental grabación de la totalidad de la producción madrigalística de Claudio Monteverdi les llevó hasta el año 2020 con la publicación del presente cofre de quince cedés, que no solamente incluyen los habituales nueve Libros de Madrigales editados en vida de Monteverdi (los ocho primeros), más el Libro póstumo, el noveno, ya que se incluyen también otras composiciones inéditas, presentes en otros manuscritos coetáneos, añadiendo aún más interés a estas más de quince horas de maravillosa música.

La figura de Claudio Monteverdi es conocida por la mayoría del público como la del padre de la ópera, el autor de L’Orfeo, de La Coronación de Popea y, ya para algún melómano un poco más curioso, como el autor de sus monumentales Vísperas de la Virgen. Pero si realmente se quiere profundizar en la figura de uno de los mayores genios que la Historia de la Música ha brindado, debe detenerse en el conocimiento y la escucha de su inigualable colección de Madrigales, que no solo en lo meramente musical constituyen una de esas joyas del patrimonio musical mundial, sino que permiten además adentrarse en una de las mayores revoluciones musicales de las cuales el genio de Cremona es uno de los grandes artífices: la transición del Renacimiento al Barroco.

Para este magno proyecto, Marco Longhini ha contado con un núcleo de cantantes que son la base para el resto del proyecto. Se da la particularidad que las voces son siempre masculinas, desempeñando las partes más agudas contratenores, como Paolo Costa o Alessandro Carmignani, que alcanzan con suma facilidad el registro de soprano.

Los cuatro primeros discos corresponden a los cuatro primeros Libros de Madrigales, y podemos destacar la transparencia en las cinco voces solistas que siempre mantienen una afinación magnífica, destacando el equilibrio sonoro entre todos ellos. En estas primeras grabaciones el bajo continuo existe, pero está limitado a un número muy reducido de intérpretes, permitiendo que el verdadero protagonista sea el quinteto vocal, puesto que así podemos distinguir el estilo de la prima prattica, es decir, el estilo que se encontraba en fase de desaparición en estos días, el contrapunto imitativo renacentista. La expresión y desarrollo de los afectos, tan fundamentales en esta música, se encuentran aquí mucho más sobrios y menos exagerados que en otros registros de conjuntos italianos. Delitiae Musicae se muestra además como dominador del idioma y prosodia italianos, facilitando su comprensión, pese a la compleja trama imitativa ideada por Monteverdi.

Como bien es sabido, el Quinto Libro marca el punto de inflexión en la obra monteverdiana, generando ya antes de su publicación una seria controversia entre el propio compositor y Giovanni Maria Artusi y que el propio Monteverdi responde en el prefacio de este libro. Su maravilloso Cruda Amarilli, que da comienzo a los madrigales, es toda una declaración de intenciones mediante el empleo de fantásticas disonancias para expresar el texto, algo que remarcan formidablemente bien los integrantes de Delitiae Musicae. Debemos añadir que por primera vez se emplea en sus tres últimas composiciones, T’amo, mia vita!, E così, a poco a poco y Questi vaghi concenti el bajo continuo expresamente, con el añadido de dos violines. El oyente, cuando llegue a la primera de estas piezas, comprobará que algo ha cambiado, y que la música pertenece ya a otro estilo. Debemos mencionar el fabuloso desempeño de Marina Bonetti en el arpa con sus ensoñadores arpegios.

Los volúmenes 6 y 7 contienen lo que fue presentado primeramente como el Libro Sexto, con el añadido de trece Madrigales de Monteverdi que se conservan en antologías de otros compositores, tales como Antonio Morsolino, Carlo Milanuzzi o Alessandro Vincenti. A este libro corresponde una de las piezas más famosas de sus madrigales, el Lamento d’Arianna, del que disfrutamos de una profunda y sobrecogedora versión, con una especial sonoridad oscura gracias al empleo exclusivo de voces masculinas. Los Madrigales contenidos en otras fuentes son fantásticas obras, tanto en el estilo imitativo, como con bajo continuo, la mayoría de los cuales son primera grabación mundial.

Libro ottavo

Debemos detenernos muy especialmente en los discos 11, 12 y 13, puesto que contienen la totalidad del Libro ottavo: Madrigali guerrieri et amorosi. Publicado en 1638, cinco años antes del fallecimiento de Monteverdi, su legado es enorme, ya que contiene algunas de las piezas más emblemáticas de su producción, como el Combattimento de Tancredi e Clorinda, que puede considerarse casi como una ópera en miniatura, o los fantásticos Altri canti d’amor o el Ballo delle ingrate. Para estas obras maestras, además de necesitar un mayor número de voces, nueve en total, con la inclusión de un niño soprano, Longhini se supo rodear de un numeroso conjunto de fantásticos instrumentistas, con la intervención de hasta nueve intérpretes en el bajo continuo, que dota a estas piezas de una espectacular y rica  sonoridad, además de los ensembles de cuatro violagambistas y del denominado Ensemble di archi barocchi, que cuenta con cuatro violines, dos violas da braccio, un violonchelo, flauta de pico y percusión.

Un cofre que debe disfrutarse a largo plazo, ya que las innumerables maravillas que contienen estos quince discos deben ser degustadas y saboreadas como se merecen.

Simón Andueza