Pierre-Laurent Aimard, piano. Jenny Daviet, soprano.
Coro y Orquesta de la Radio de Baviera / Kent Nagano.
BR Klassik 900203 (3 CD)
UN UNIVERSO DE SONIDO Y COLOR
Poemas, ritmos y colores
La composición más temprana de las que se incluyen en la presente cajita de 3 CD es Poèmes pour Mi, una partitura que Olivier Messiaen concibe durante su estancia a orillas del lago de Pétichet en 1936, lugar donde encontraba inspiración y paz espiritual. Compuesta primero para soprano dramática y piano, al año siguiente el mismo compositor realizaría la versión para voz y acompañamiento orquestal, que es la que nos ocupa. Muy probablemente, la obra fuese pensada para la cantante wagneriana Marcelle Bunlet, muy reconocida por aquel entonces, sobre todo en los círculos operísticos franceses, y dedicada a la compositora y violinista Claire Delbos, primera esposa de Messiaen. La obra consta de dos libros de canciones, distribuidas las cuatro primeras en el primero y las cinco restantes en el segundo. La duración total no excede la media hora, y los textos pertenecen al propio compositor, quien realiza una adaptación propia de algunos pasajes de Nuevo Testamento en tono surrealista. La temática sugiere la lucha espiritual entre una pareja de enamorados que finalmente deciden continuar viaje juntos. La partitura se encuentra empapada de los estudios que el compositor llevaba a cabo durante aquellos años, muy influidos por la métrica griega y la rítmica hindú, que le llevan a emplear un lenguaje rítmico de duraciones irregulares que favorecen el sentido surrealista de la composición.
Por su parte, Cronocromía es una partitura compuesta por el francés en 1960, cuando ya se encontraba sumido en su particular e intensivo estudio sobre los cantos de pájaros, que tan decisivo papel va a desempeñar en el desarrollo del conjunto de su obra. De esta forma, encontramos en la Épóde (sexto movimiento de la composición) un estudio sobre cantos de pájaros desarrollado para la sección de las cuerdas. La obra, por lo demás, es una demostración de habilidad instrumental y un profundo y minucioso estudio sobre cromatismo que requiere una orquesta de grandes proporciones.
La Transfiguración
A pesar de que ya durante los años cuarenta tenía en mente la obra, Messiaen no se puso a trabajar de lleno en La Transfiguración de nuestro Señor Jesucristo hasta 1965. Tardó alrededor de cuatro años en tenerla lista para su estreno en Lisboa el 7 de julio de 1969; Serge Baudo se encargó de aquella primera representación de una partitura que significaría el regreso del compositor a la música vocal tras un periodo de 17 años, cuando concluyó Cinq rechants, la última de las obras que conforman la Trilogía de Tristán. La obra incluye textos bíblicos, muy especialmente del Evangelio según San Mateo, y de la Suma Teológica de Santo Tomás de Aquino, y requiere, además de una orquesta de grandes proporciones, un coro mixto y siete solistas instrumentales.
Messiaen aprovecha para desplegar los amplios conocimientos sobre ornitología que lleva adquiriendo, al igual que ocurrirá en otras composiciones posteriores, más allá de sus Catálogos de pájaros, como en De los cañones a las estrellas o en la ópera San Francisco de Asís, donde incluye un auténtico concierto de pájaros en el sexto cuadro (el que antecede al dramático séptimo y penúltimo cuadro de la obra). Tanto en esta composición como en las demás, pero sobre todo en esta y en la ópera, el francés transmite que su obsesión por el canto de las aves va más allá del puro estudio sonoro, para adentrarse en universo espiritual que (paralelamente) hace trascender el carácter religioso de La Transfiguración hacia una dimensión espiritual que supera la esencia misma de la fe.
Kent Nagano
El director de origen japonés es, sin duda una de las voces más autorizadas en la materia que tratamos. Su relación con la música de Messiaen se remonta hasta casi sus propios inicios profesionales. Precisamente, Nagano es el encargado de dirigir en 1981 la primera ejecución americana de La Transfiguración en San Francisco, bajo la supervisión del compositor. También a él debemos una de las pocas grabaciones completas que existen de la ópera San Francisco de Asís, entre otras incursiones que el director ha realizado en el mundo de Messiaen, siempre de forma certera e incontestable. La importancia de la música del compositor francés es mucho más decisiva de lo que su presencia en salas de conciertos, escenarios y estudios de grabación quiere dar a entender, mientras que las creaciones de otros mucho menos relevantes que él bombardean de forma reiterada todos esos ambientes.
El álbum que ahora edita BR Klassik contribuye a enriquecer la discografía del compositor; al fin y al cabo, de ninguna de las tres obras aquí contenidas existen más de unas cinco versiones, y mucho menos que actualmente se encuentren en catálogo. Para Poémes pour Mi, ni las versiones de Pierre Boulez con Pollet (DG) ni de Alan Gilbert con Fleming (Decca), excelentes ambas, son superiores. Tampoco las versiones existentes de las otras dos obras aquí contenidas hacen sombra a las propuestas de Nagano. Álbum, por tanto, indispensable para los amantes de la música de verdad de siglo XX, y muy especialmente de Olivier Messiaen.
P.D. Son versiones en vivo, quizás BR Klassik y la cadena de televisión bávara dispongan de las imágenes de estos conciertos.
Rafael-Juan Poveda Jabonero