Pierre-Laurent Aimard, piano.
Pentatone PTC 5187214 (3 CD)
UN CICLO ÚNICO
Durante años, el Catálogo de Pájaros de Olivier Messiaen (1908-1992) ha pasado de puntillas en nuestro país, como si la obra cumbre para piano de Messiaen fuera una colección naturalista de gorjeos, transcritos con literalidad por un loco de las aves, más indicados para la revista National Geographic que para los melómanos (que para lo de trascender, ya tienen El clave bien temperado). He intentado ser generoso y usado un tiempo verbal en pasado, como si la situación actual fuera otra.
En 1993, aterrizó tardíamente en el mundo musical la figura entonces desconocida de Anatol Ugorski, un solista atípico que grabó el ciclo completo para DG, mientras anunciaba a quien le preguntase que él había nacido para tocar Catálogo de Pájaros. Este triple CD se convirtió, para los que nos declaramos fieles creyentes de la doctrina del messianismo, en la grabación de cabecera. Disponemos además de los CD de Yvonne Loriod, Roger Muraro, Håkon Austbø, Ciro Longobardi, Jocy de Oliveira y Martin Zehn (el tópico de que no hay ciclo malo, aquí se cumple), pero si hay un intérprete que, para quien escribe, se sitúa en cabeza, ese es Pierre-Laurent Aimard. Pentatone ahora republica el triple disco de Aimard (2018) a precio económico.
Un pequeño recordatorio sobre las coordenadas en las que nos movemos. Con el permiso de los Cuatro estudios de ritmo (más amados por los compositores de Darmstadt que por los aficionados) y de otras piezas de menor duración, los tres grandes corpus pianísticos del galo, en orden además creciente en cuanto a monumentalidad e importancia, son Visiones del Amén (1943, para 2 pianos), 20 Miradas sobre el Niño Jesús (1944, el ciclo más querido) y, por fin, Catálogo de Pájaros (1956-1958). Le Loriot (2) puede ser la mejor puerta de entrada al Catálogo. Aimard subraya la herencia de Debussy y la audición es agradecida. Pero aunque parte de este legado, el Catálogo crece hasta lo inabarcable.
Los amantes de la simbología y la numerología tienen con estos Pájaros de Messiaen material para entretenerse. La partitura está organizada alrededor de los números primos, lo que más allá de la fuerza esotérica y mística que se asocia a ellos, tiene un gran impacto en lo referente al ritmo irregular de la obra. Las dos horas y media de composición guardan una simetría en espejo: las 13 secuencias se agrupan en 7 libros que mantienen como epicentro el libro 4 - secuencia 7 (La Rousserolle Effarvatte, la curruca rojiza, la pieza más larga y elaborada), de manera que la primera mitad (1-6) es un espejo de la segunda (8-13). El ciclo de la vida queda así dibujado por Messiaen: 3/1/2 - 1 - 2/1/3, con su despertar o amanecer, su cénit y su despedida o atardecer.
Aimard cuenta con suficientes discos como para que se le considere un referente de la interpretación pianística del hoy, sobre todo en lo referente a la música del XX-XXI. Pues dentro de este legado, sobresalen como puntales las grabaciones dedicadas a Messiaen y, en concreto, este Catalogue d'Oiseaux.
Daniel Pérez Navarro