MAESTROS DE LA PARODIA

A pesar de su llamativa y aparentemente frívola portada, Masters of Imitation presenta un planteamiento meticuloso y profundo. El álbum gira en torno al concepto de la parodia, técnica que consiste en tomar prestado material musical preexistente, generalmente un motete o una chanson, para componer una misa. No había un patrón claro en la elección de los modelos, pues los compositores parodiaban tanto obras propias como ajenas, sacras o profanas. Elegir un modelo profano, como una chanson o madrigal, era una forma de bordear las restricciones impuestas a la música litúrgica tras el Concilio de Trento.

Uno de los compositores más influyentes de la segunda mitad del siglo XVI, que utilizó magistralmente la técnica de la parodia, fue Orlande de Lassus. Su figura vertebra y da sentido a este disco de The Sixteen. Nacido en Mons, Bélgica, en 1532, Lassus cierra una larga saga de compositores franco-flamencos que llevaron la vanguardia musical desde el norte de Europa hasta Italia. En Italia, Lassus se formó y absorbió la técnica de la escritura a doble coro que emplea en el motete que abre el disco, Osculetur me osculo oris sui, y en el Credo de la Misa del mismo nombre que le sigue. El disco también incluye el Salmo 147 Lauda Jerusalem Dominum, la impresionante Salve Regina a seis voces y el Magnificat basado en el motete de Josquin Benedicta es caelorum Regina. Con esta parodia del maestro de maestros, Josquin, se cierra un bloque de obras que muestran lo mejor del estilo de Lassus: el sofisticado empleo de la parodia, la elegancia de su contrapunto y la atención al sentido del texto. Todos estos textos están imbuidos de una profunda sensualidad y tensión emocional, que The Sixteen interpretan y expresan de manera excepcional, como sucede igualmente en el madrigal Cantai or piango.

El propio Lassus mostraba su admiración por la obra de Maddalena Casulana, la primera compositora de la historia que consiguió imprimir su obra. De Casulana se incluyen los madrigales Morir non può el mio core y Vagh’ amorosi augelli. Los homenajes no terminan aquí: el disco incluye un espectacular Motete de Guyot de Châtelet, compuesto con la técnica llamada si placet, en la cual añade seis voces más al Benedicta es de Josquin. Además, Bob Chilcott basa su Motete Lauda Jerusalem Dominum en el de Lassus, en un encargo de The Sixteen al célebre compositor británico contemporáneo.

La interpretación de The Sixteen fascina desde el primer minuto, con la claridad y perfecta afinación que les caracteriza, un sonido pleno y esponjoso y una declamación del texto absolutamente perfecta. Se adaptan elegantemente tanto al carácter de la música sacra como al de los madrigales y, lo más importante, dejan que la música hable por sí misma sin estorbarla. El talento, la admiración, el homenaje y el constante juego entre amor sacro y amor profano, son los nudos de argéntea tela de araña que The Sixteen han tejido para un oyente que no puede sino deslumbrarse y disfrutar de uno de sus mejores discos.

Mercedes García Molina