No hace mucho tiempo que Natalia Ensemble registró una Quinta de Mahler en arreglo (propio) para ensemble de cámara. Ahora es la Camerata RCO (miembros de la Royal Concertgebouw Orchestra) la que, en el relativamente conocido arreglo de Erwin Stein y con la dirección de Lucas Macías (nombrado recientemente director de la Oviedo Filarmonía) hace lo propio con la Cuarta Sinfonía, una obra que se adapta mejor que la Quinta para su reducción instrumental. En la Cuarta Mahler hace trabajar a la orquesta de manera “sindicalista”, los emplea con tiempos repartidos y hay numerosas secciones ya de por sí camerísticas, que se adaptan al arreglo de Stein sin perder su naturaleza derivada de la sinfónica, donde solos y pequeños ensembles de cámara van construyendo el singular edificio sinfónico mahleriano. Para mí, la Cuarta es una joya maestra, es como la Pastoral de Beethoven. Su encanto y sus claroscuros provocan un Mahler de encendido y sincero lirismo, una escritura de una originalidad enorme y una belleza total, especialmente en el conmovedor Ruhevoll, uno de los grandes lentos mahlerianos. Con acordeón, que reclama su puesto con voz propia en la base armónica instrumental, y con unos solistas prodigiosos, Lucas Macías dirige con futuro, dando realce a la hermosura y dominando la obra ahora “empequeñecida” en su forma, pero no en su fondo, que transmite un Mahler de una riqueza y belleza superiores. 

Gonzalo Pérez Chamorro