Todo tiene cabida en el mundo compositivo musical. Las distintas tendencias abren nuevos caminos y entre todos ellos forman la diversidad que lleva al enriquecimiento cultural de un país. El caso de Jorge Grundman es especial. Su autodenominada “música consonante”, un lenguaje que puede gustar o no en los parámetros temporales por los cuales se crea. Donde no hay que explicar casi nada, solo que la belleza de música quede reflejada en la interpretación y esta llegue así más fácilmente a un público diverso y para nada escogido con previa antelación. Frías lo sabe y en esta grabación sublime aborda con gran ingenio toda la producción (hasta ahora escrita) para piano del citado. El resultado es soberbio. Su temple frente al teclado aborda con gran firmeza y sensibilidad los caminos poéticos que emanan con gran soltura del piano, como si las partituras estuviesen precisamente diseñadas para él.

Un producto adaptado a los nuevos tiempos, donde vuelve la tonalidad en igualdad de condiciones con los experimentos disonantes. El resultado es de un sonido altamente agradable al oído y al sentimiento; una música en estado puro donde solo hay que sentarse en el silencio y dejarse llevar por el sonido. Sentirse en el lugar de Grundman o Frías y disfrutar de un ensueño pianístico envuelto en este producto de alta calidad. Poesía musical en estado puro. 

Luis Suárez