Carlos Mena, contratenor. Concerto 1700 / Daniel Pinteño, violín y dirección.
Concerto 1700 170003 (CD)
UNA NAVE QUE ARRIBA A BUEN PUERTO
Hace ya décadas que se desmontó el tópico de que el único periodo de esplendor de la música española fue el Siglo de Oro. Poco a poco se va completando un mosaico que nos muestra un riquísimo panorama musical también a lo largo de los siglos XVII y XVIII. La labor de investigación musicológica ha sido fundamental para trazar las líneas maestras sobre las que fundamentar la reconstrucción y revalorización del patrimonio musical español, pero no debemos olvidar que el último eslabón es la interpretación. En este sentido, nunca estaremos lo suficientemente agradecidos a la labor de la asociación Ars Hispana en la búsqueda, transcripción y edición de obras que estarían olvidadas en archivos y al excelente trabajo de Daniel Pinteño frente al conjunto historicista Concerto 1700.
A modo de continuación de su primer producto discográfico, Amoroso Señor, con obras sacras de José de Torres, Concerto 1700 nos trae ahora cuatro cantadas al Santísimo de Antonio Literes. Considerado, según palabras de Feijoo, un “compositor de primer orden”, desempeñó el puesto de “músico de violón” de la Real Capilla desde 1693 acompañando a Torres en la tarea de surtir de música a la institución real. El enorme prestigio del que gozó le llegó gracias a su producción escénica, en la que supo conjugar la tradición hispánica con las novedades italianas y francesas.
Estas cuatro cantatas inéditas para alto fueron compuestas en la etapa tardía de Literes (entre 1725 y 1733) y participan de las características de la música sacra en español de este periodo: la adopción del estilo operístico italiano con la introducción de recitados y arias da capo, la riqueza melódica, el exacerbado virtuosismo vocal al que hay que añadir el elevado nivel de exigencia para los violines obligados. Además, estas cuatro cantatas de Literes son de una calidad y belleza excepcionales y la versión de Concerto 1700 les hace plenamente justicia.
Por otro lado, nos encontramos ante un Carlos Mena en su mejor momento: el profundo conocimiento de la música del XVIII español le permite expresar con precisión y una perfecta declamación el sentido de los textos (plagados de imágenes marítimas) y una vocalidad más amplia, libre y homogénea (más madura), le hace que interprete de forma magistral los extensos pasajes de coloraturas, los saltos melódicos y cambios de registro de la dificilísima escritura de Literes. Con el mismo virtuosismo y nivel de excelencia está realizadas las partes instrumentales.
La extraordinaria destreza y musicalidad de Daniel Pinteño con el violín I destaca junto a Pablo Prieto (violín II), Ricard Casañ (trompeta natural) y Jacobo Díaz (oboe barroco). Técnicamente impecables, doblan a la voz o establecen diálogo con ella en un entendimiento perfecto. El grupo formado por Esther Domingo (violonchelo), Ismael Campanero (violone), Pablo Zapico (tiorba) e Ignacio Prego (órgano y clave) sostienen con un colorido e imaginativo continuo. Sin duda, con grupos como Concerto 1700 y Daniel Pinteño al timón, el Barroco hispano arribará a buen puerto.
Mercedes García Molina