Peter Anders, Martina Arroyo, Dietrich Fischer-Dieskau, Nicolai Gedda y Marilyn Horne / varios pianistas, directores y orquestas.
SWR Music SWR19436CD (6 CD)
LEGENDARIOS TESTIMONIOS
Disponibles en el mercado por separado desde hace mucho, el sello SWR, en colaboración con Hänssler Classic, ha decidido lanzar ahora un cofre de recitales titulado “Legendary Singers”. Son seis discos que tienen como nexo la emisora del sudoeste alemán, muy implicada en su segundo canal con la música clásica ya sea desde sus estudios, ya sea desde auditorios y teatros. En este caso, tira de archivo y ofrece ejemplos de ambos tipos de eventos, centrándose en figuras olímpicas del canto que cubren un buen espectro de cuerdas: soprano, mezzosoprano, tenor y barítono.
Si seguimos el orden alfabético, se comienza con el doble disco dedicado al tenor Peter Anders, que de su carrera inicial de lírico pasó a una centrada en roles de mayor peso vocal, precisamente los que ocupan el primer cedé. Siempre en alemán, va de un matizado Lohengrin o Rodolfo a un arrojado Otello o Florestan. El segundo disco se dedica al Lied, donde se puede apreciar su trabajo con el texto y las dinámicas.
Y precisamente el terreno de la canción es el que transita Martina Arroyo en su recital, en vivo, para el Festival de Schwetzingen. No estamos acostumbrados a escuchar a la soprano en este campo y seduce sin reservas, especialmente en Brahms, por su sutileza y recogimiento.
Otra rareza es el grupo de grabaciones que en los primeros cincuenta decidió acometer el barítono Dietrich Fischer-Dieskau, con piezas barrocas de compositores alemanes del siglo XVII, en solitario o junto a sólidos colegas como Helmut Krebs o Erika Winkler. De Buxtehude a Stölzel, la atención al texto es impecable, y la implicación con unas obras del todo novedosas en el universo fonográfico del momento convierten este disco en una delicia.
De Nicolai Gedda, igualmente brillante en ópera que en recital, se recogen incursiones radiofónicas y de salas de concierto desde mediados de los cincuenta hasta mediados de la década posterior, con hits personales como Le Postillon de Lonjumeau, asociado indiscutiblemente a su voz, o inspiradísimas incursiones tanto en el clásico Gluck como en el repertorio italiano de cámara de finales del XIX. Su Respighi es incontestable, pero también sus canciones de Casella o Carnevali.
El broche final lo pone la mezzosoprano Marilyn Horne con un compendio rossiniano que formaba parte de los fastos del bicentenario en el Festival de Schwetzingen. Binomio inseparable por adecuación estilística, clase y mil competencias más que podrían atribuírsele a la cantante icono de la recuperación de este compositor, destaca la construcción dramática realizada de la cantata Giovanna d’Arco; o la irrepetible recreación de sus Isabella o Tancredi.
En definitiva, siete horas de placentera escucha que nos transportan a una brillante segunda mitad musical del siglo pasado con algunos de sus mayores representantes.
Pedro Coco