Oliver Triendl, Solistas de la Bavarian Radio Symphony Orchestra y amigos.
Hänssler Classic · HC23078 (CD)
TODO UN DESCUBRIMIENTO
La vida de la pianista y compositora austríaca Mathilde Kralik von Meyrswalden bien podría valer para un biopic de alguna famosa plataforma de streaming. Su posición social acomodada le sirvió para componer por placer y no por necesidad. Además, fue la regente de un salón musical de conocido prestigio en el que todos los domingos se llevaban a cabo sesiones matinales para el público vienés. Esta creadora, que ha resultado prácticamente invisible para la musicología actual, presenta en su catálogo más de 250 obras, siendo la mayoría de ellas vocales y destinadas a la Sociedad Coral de Mujeres de Viena. Gracias a novedades como la presente grabación de Hänssler Classic podemos descubrir su breve incursión en la música instrumental.
El Trío para piano en fa mayor (1880) es una composición ampliamente revisada por la autora, quien no la publicó hasta 20 años después de su concepción. En ella ofrece un gran conocimiento de la técnica de los instrumentos y los combina de una forma magistral, logrando melodías más que atractivas para el oyente. Habría que destacar su cuarto movimiento, especialmente seductor en manos de sus intérpretes. Esta magnífica ejecución de energía desbordante la ha llevado a cabo Oliver Triendl (ampliamente conocido por su interés y destreza en el repertorio pianístico de compositoras) y Korbinian Altenberger y Samuel Lutzker al violín y violonchelo, respectivamente.
La Sonata para violín en re menor (1878) fue descrita en el momento de su estreno como una pieza “de seriedad masculina” e “impropia de una mujer”. Dejando de lado comentarios obsoletos como esos, desde aquí vaya mi invitación a disfrutar de la vertiginosa precisión de Altenberger desvaneciendo las emotivas melodías de Kralik en su violín. Finalmente, el Noneto para piano, clarinete, fagot, dos trompas y cuarteto de cuerda en do menor (1901) fue su siguiente obra instrumental de carácter camerístico. Aunque se recomienda su escucha completa, particular atención merece su Sarabanda por la madurez compositiva que muestra. Ursula Kepser y Gerda Sperlich a las trompas han cantado con profunda exquisitez cada una de las frases, aportando un color cristalino sobre el que han descansado el resto de voces.
Alicia Scarlates, pareja de Králik, entregó a la Biblioteca Nacional de Austria toda la producción musical de la compositora. Desde aquí animamos a intérpretes ávidos de nuevos (e interesantes) repertorios a redescubrir su obra.
Sakira Ventura