Han tenido que pasar 91 años para que se pueda tener una grabación de la última de las cinco óperas compuestas por el Wunderkind austríaco Korngold. 1927 es su año de estreno, en el que también se estrenaron Jonny spielt auf de Krenek y Elena Egipciaca de Strauss. Las excelentes notas de Brendan G. Carroll nos sitúan en la época y nos permiten adentrarnos en el fascinante mundo de Korngold, que luego fuera eclipsado por el ascenso nazi. El lenguaje de Korngold, con su intensidad melódica (¡escúchese Ich ging zu him del segundo acto y caiga rendido!), su dominio armónico, su orquestación exuberante, densa y brillante, su propulsión rítmica y excelso control del leitmotiv, alcanza cotas refinadas, pero no dude en terminada la visión de esta atinada propuesta de Loy, empezar de nuevo su escucha, porque la densidad de la obra le permitirá renovar el interés y acrecentar la valía de la propuesta. 

La exigencia vocal de la obra está más que superada por el trío vocal protagonista, por aquí nada conocidos, pero con buena trayectoria, y, lo más importante, la intensidad siempre presente en el lirismo intenso de las melodías korngoldianas. No es de extrañar que esta representación reveladora de una gran obra concluyera con veinte minutos de aplausos. 

Jerónimo Marín