SIGMA Project / Iñaki Alberdi.
Kairos 0022011KAI (CD)
DIÁLOGOS
Como otras creaciones de José María Sánchez-Verdú, Khôra muestra un diálogo entre música y pensamiento filosófico. Este ciclo para cuarteto de saxofones y acordeón microtonal tiende la mirada hacia textos y recursos musicales de épocas pasadas desde una perspectiva contemporánea. Sus nueve piezas moldean el sonido como alegoría o punto de partida para reflexionar sobre los múltiples sentidos del concepto de “espacio”, desde lo físico, hasta la mayor abstracción conceptual. Para ello se sirven de ideas que se enuncian en textos como el homónimo de Jacques Derrida que, a su vez, parte de uno de los diálogos de Platón, el Timeo.
En la producción de Sánchez-Verdú existe una sutilidad especial en la búsqueda de fusiones y posibilidades tímbricas. Sería interesante imaginar la aportación de la cuerda, por ejemplo, en los gestos que construyen esta obra. Sin embargo, dentro de los límites que se marca voluntariamente, Khôra encuentra múltiples y sorprendentes sonoridades. Los saxofones aparecen despojados de sus papeles tradicionales de forma disruptiva; crean una lengua que se adapta a la expresividad desarrollada por el acordeón (Khôra III), al mismo tiempo que la complementa. Podríamos imaginar un nuevo híbrido resultante de la fusión de estos instrumentos, una síntesis, si no conociéramos la plantilla previamente. En Horos II, el acordeón interpreta a un personaje plagado de intensidad que sorprende en el arco del ciclo.
La grabación muestra la búsqueda de un trabajo enormemente minucioso por parte de sus intérpretes y logra que se perciban matices expresivos extremos en los que el aire y el silencio son potentes aliados, gracias también a la pulcritud del trabajo de postproducción. Aunque acudir en directo a la propuesta escénica del proyecto SIGMA amplía los tintes de la experiencia reflexiva planteada, la escucha de la grabación desde el ámbito privado o íntimo posee sentido y valor propios.
En esta pregunta múltiple sobre el espacio, Khôra me lleva a repasar las palabras de Derrida en las que habla del discurso de Sócrates, como aquel que tuvo lugar desde un “espacio neutro” o en un “lugar sin lugar”, con respecto al de otros filósofos de su tiempo. Mientras escucho la apoteosis de su última pieza, me pregunto por el concepto de límite o frontera (“horos”, en griego) entre los espacios y por cuál es el precio a pagar por habitar en ella. ¿Y si escuchar es pensar?
El ciclo de Sánchez-Verdú es una creación de varios años, testigo de acontecimientos que han cambiado el mundo. En este contexto, el espacio reflexivo que construye me invita a pensar sobre cómo habitar lo desconocido. Pero hay algo en esta música extraordinariamente familiar. Hay una polaridad entre el desarrollo de un lenguaje disruptivo, por un lado, y el uso de ciertos recursos musicales que nos han acompañado desde tiempos ancestrales. Y esto hace que la obra se me revele como una atractiva e intensa danza entre lo bello y lo siniestro.
David Lima Guerrero