A la par que sus más o menos coetáneos Josquin des Prez y Jacobus Obrecht, el brabanzón Henricus Isaac (±1450-1517) es considerado una figura señera de la llamada Escuela Franco-Flamenca del primer Renacimiento. Músico itinerante, gozó de la protección de dos importantes mecenas de su tiempo: Lorenzo el Magnífico y Maximiliano de Habsburgo, Archiduque de Austria y Emperador de Alemania. El presente disco viene a ser como una biografía musical de las andanzas del compositor por Europa, con varias de sus obras más notables, como, por ejemplo, el lamento Quis dabit capiti meo aquam?, por la muerte del arriba mencionado magnate florentino, sin que falte la famosa canción Insbruck, ich muß dich lassen, cuya melodía vuele a aparecer al final del disco, con texto parafraseado, O Welt, ich muß dich Lassen, y transformada en uno de los más tempranos corales de la Reforma luterana. Interpretación realmente antológica, ni que decir tiene, que se ve complementada, como es de rigor, por una magnífica presentación, que incluye su correspondiente libreto en seis lenguas lleno de primorosas ilustraciones y de interesantes informaciones sobre el autor y su época. La mejor manera imaginable de conmemorar el quinto centenario del fallecimiento del maestro. 

Salustio Alvarado