Grabado por la misma autora, introspectiva colección de fantasías para piano con esquemas alargados, transformados y bellamente tejidos, como si de una meticulosa prenda transformada en una máquina de coser, bajo una bella serie de poemas expuestos en un piano experimental que da como resultado un sonido propio bajo la preocupación de Hernández por el poderío del piano como instrumento solista, compañero confidencial y fiel elemento expresivo de emociones. Se trata de versos musicales compuestos como tratamientos formalistas que se extrapolan en varias coyunturas diferentes, o "puntos de inflexión" dentro de ellos. Encarnan nociones de música clásica (a la manera del siglo XXI), fraseo lírico y sensibilidad armónica.

El silencio se funde en una interpretación elegante y refinada, sensualmente desesperante por momentos y profundamente conmovedora, nunca exagerada en apasionada. Sobre la exitosa conjunción de varias artes plásticas salen a la luz las inspiraciones de estas obras. Tres poetas marcan el punto de partida de los pentagramas, como Ángel Crespo, Alda Merini o Primo Levi. Así, como el bello poema musical Las Heridas del Alma Oscurecen con Costuras, sobre la violencia de género. La sombra es el origen de la luz, donde se ven influencias de compositores como Mompou, Chopin o Shostakovich incluso, que partían del silencio más puro para apoyarse en una evasión bajo los poderes de la música, del piano como apoyo reflexivo. Auténtico trabajo de reflexión y de desahogo para ser escuchado desde la más absoluta intimidad.

Luis Suárez