Música clásica desde 1929

Discos recomendados de Ritmo

En esta sección encontrará los 10 discos que la revista RITMO recomienda cada mes, clasificados por meses y por su orden de recomendación del 1 al 10. Se archivan los recomendados desde junio 2011, para ver anteriores ir a "Ritmo Histórico".
Haciendo "clic" en el título de cada disco o sobre la foto, accederá a su ficha y a la crítica publicada en Ritmo y, cuando es posible, a las diferentes tiendas donde podrá adquirir el disco físico, o a las plataformas digitales desde donde podrá escucharlo en "streaming" o descargarlo online.

Ritmo Enero 2020 - Núm. 936

INFLUENCIAS.

IVES: Sonata para piano n. 1. BARTÓK: Improvisaciones sobre canciones campesinas húngaras Sz. 74. MESSIAEN: Cantéyodjayâ. BACH: Aria variata alla maniera italiana BWV 989. Tamara Stefanovich, piano.
Pentatone PTC5186-741 (CD)



La crítica

FALSAS APARIENCIAS

Aparentemente estamos ante una grabación de las que directamente encuadramos en el grupo de las que están llamadas a pasar desapercibidas, pero en realidad contiene una grata sorpresa absolutamente recomendable.

Programar a Ives, Bartók, Messiaen y finalizar con el primero de los ciclos de variaciones del cantor de Santo Tomas puede verse, a priori, como chirriante, conjunción de las que aún pueden dejar huérfana una sala de conciertos, aunque en este caso encuentra justificación, de ahí el nombre de su título, tanto en el recorrido vital de la interprete como en las influencias recibidas por los distintos autores para apropiarse de elementos culturales y crear música tan diferente: americanismo, folclore, ritmos hindúes y barroco italiano.

Cuatro autores que en Tamara Stefanovich parecen producir el efecto proustiano de la magdalena para trasladarla a momentos apreciados y expresarse en diversos estilos sin reservar este placer exquisito para disfrutarlo en la intimidad, sino que nos hace participes de él en un recital altamente exigente que transciende la mera recopilación de autores y en una grabación de calidad extraordinaria. La Sonata n. 1 de Ives, ocupando la mitad del disco, se trae con una serie de opciones interpretativas correctas dentro de la libertad de ejecución propugnada por el propio compositor, apostando por una lucha controlada donde se destacan las distintas inflexiones y saborean los escasos momentos de descanso. A pesar de este collage de ideas, del que pudiera desprenderse cierta falta de unidad y aparecer como un pastiche, las referencias a la música estadounidense perdidas entre la atonalidad de la obra se expresan en una épica claramente virtuosista, donde la sucesión de ritmos se aborda con la seguridad, claridad y convicción de un elocuente orador ofreciendo un discurso de gran solidez.

Sin abandonar en ningún momento el sentido improvisatorio empleado en la Sonata de Ives, las experimentaciones de Bartók con las canciones populares húngaras aportan momentos de tranquilidad, junto con otros de ritmos agitados y rápidos, un conjunto de episodios que Stefanovich trata de manera altamente matizada (Lento y Allegro scherzando) y precisa añadiendo unas veces una vitalidad nerviosa y otras un grado de ensueño equilibrado, pero siempre sintiendo la música de manera natural. En el trabajo  de Messiaen con los ritmos hindúes nos muestra su capacidad de sacar sonidos suaves y opulentos, manejando las evoluciones dinámicas contrastantes de manera muy convincente, con especial atención a los inesperados cambios de color llenos de contrastes.

Después de este viaje musical que transcurre entre 1910 y alcanza hasta 1949, lo más inesperado del disco proviene del retorno al pasado con el Aria BWV 989. Una presentación del tema que Stefanovich llena de dulzura profundamente meditativa, nos conduce a las variaciones tratadas con una articulación clara y tempi moderados de buen gusto, en los que la intensidad va gradualmente incrementándose gracias a pequeños detalles cuando se introducen cambios rítmicos en forma de sincopas (Var. 4), el uso de una excelente cantabilidad en las Var. 3 y 5 y la precisión en las carreras paralelas de la n. 9, culminando en una repetición del tema (Var. 10), de bellísimo sonido e intensa emoción. Un Bach plenamente disfrutable y disco absolutamente recomendable. 

José Luis Arévalo

639
Anterior LISZT: Obra para piano solo (Vol. 53: Armonías poéticas y religiosas).
Siguiente BARBER: Vanessa.