Hay hechos que requieren de un reconocimiento enorme como el flamante proyecto discográfico de Accademia Bizantina. Nos presentan nada más y nada menos que la Sinfonía n. 3 de Schumann y la Sinfonía n. 4 de Mendelssohn. Debemos remarcar la importancia que posee y el cariño que se ha puesto en ello, palpándose desde el momento de comenzar a leer sus apasionantes notas del libreto y de una primera escucha que resulta ser reveladora.

Y es que el criterio historicista tan apasionado y de tanta excelencia artística que Accademia Bizantina imprime en cada proyecto, ha dado un nuevo salto de rumbo como de miras. La interpretación de estas dos obras con criterios históricamente informados, con una orquesta similar a la empleada en su estreno, con la misma distribución en su disposición a la que aquella poseía y a la utilización de instrumentos de época abre un nuevo universo en su interpretación. Además, si tenemos en cuenta la exuberancia de su dirección a cargo de un músico excepcional como Ottavio Dantone, no podemos más que esperar al próximo, que estamos seguros que no tardará en aparecer en el mercado.

La orquesta suena en todo momento fresca, entusiasta, con unos colores fascinantemente desconocidos, dando por supuesta su excelencia musical, a la vez que es absolutamente palpable la tradición anterior a su época. Aquí queda desterrada la “aburrida” perfección a la que nos están acostumbrando ciertos intérpretes. Por favor, compren y escuchen este disco.

Simón Andueza