MONODÍAS Y POLIFONÍAS DEL TROPARIO DE CATANIA.
Egeria.
Lindoro NL3063 (CD)
IMPERATRIX EGERIA
Egeria es el nombre de una viajera y escritora hispana del siglo IV. Como ella, el grupo vocal Egeria nos lleva en cada uno de sus programas de viaje por la Europa Medieval. Desde el primer momento, la agrupación ha ofrecido unos cuidadísimos programas acudiendo principalmente a los códices hispanos. La filosofía que subyace en el trabajo de Egeria es acercar el repertorio medieval al contexto y público actual. Su debut discográfico nos traslada a la Sicilia normanda de los siglos XI y XII a través de uno de los troparios que guarda la Biblioteca Nacional de España, el Tropario de Catania. Dedicado a la Catedral de Santa Águeda, está formado en su mayor parte por tropos, piezas insertadas en el ordinario de la misa y destinadas a embellecer la liturgia. El manuscrito contiene también algunas secuencias (cantos de nueva composición que se insertaban entre el Alleluia y el Evangelio) y cuatro ejemplos de polifonía a dos voces que podrían encuadrarse en el estilo de San Marcial de Limoges.
“Imperatrix Agatha” hace alusión a Santa Ágata, joven romana martirizada por negarse a contraer matrimonio con el senador Quintianus. La mártir es representada con los senos cortados y según la tradición siciliana, se transfigura en gato, animal del diablo. A su vez, la figura dual de Ágata (lo divino y lo diabólico, lo terrenal y lo celestial) entronca con el mito egipcio de Isis o Agathodémon (la buena diosa), simbolizada también con un gato. La confluencia de culturas, folclores, mitos y religiones es una de las características de Sicilia y este carácter misceláneo ha quedado reflejado en la elección de las obras, vertebradas en torno a la figura femenina de la santa, patrona de la isla.
Martín-Maestro y Sans han escogido y transcrito doce piezas, la mayoría secuencias, de las cuales ocho aparecen exclusivamente en el Tropario de Catania. Todas ellas, menos tres, son monódicas y Egeria las interpreta recreando las técnicas de improvisación la época, esto es, añadiendo nuevas voces sobre la melodía dada. Con una vocalidad absolutamente cristalina, van entrelazando bordones, organa y discantus en torno al canto llano, tal y como si fueran filamentos de oro con los que hacer una corona para santa. Las voces de Lucía Martín-Maestro, Fabiana Sans, Laia Blasco y Romina de la Fuente son límpidas, bellamente timbradas y con el vibrato justo y adecuado para este repertorio. La impecable afinación, la fluidez y naturalidad con la que la que juegan con el contraste monodía-polifonía, la precisión en la declamación del texto y el perfecto empaste de las cuatro voces, da aún más brillo esta hermosa música tan luminosa y mediterránea.
La calidad de sonido de la grabación VN Estudios y la esmerada edición de la casa Lindoro completan un trabajo discográfico excepcional, hecho para el goce de los sentidos y del alma.
Mercedes García Molina