ENTIDAD CRECIENTE

Tengo la plena convicción de que el reconocimiento de la entidad de Hans Werner Henze como una de las figuras absolutamente esenciales de la segunda mitad del siglo XX no hará sino crecer en el futuro. Y ello teniendo en cuenta que todos los homenajes y obituarios publicados a su muerte (de la que se cumplen tres años) le proclamaban como un compositor extraordinario. Pero tanto por la sombra que los designios del paradigma vanguardista todavía proyectaban sobre lo que debía ser el obligado trayecto de una estética que se quisiera contemporánea (a los que Henze, desde luego, no se plegó), como por la imposibilidad de conocer en su totalidad una creación prolífica y desbordante, no hay distancia suficiente para evaluar en su integridad el catálogo del compositor alemán. Este registro recoge dos de los cuatro Conciertos para violín escritos a lo largo de su trayectoria, Il Vitalino raddoppiato ¡en primera grabación mundial! y el numerado como Segundo, interpretados por Peter Sheppard Skærved.

Escuchar ambas partituras permite ser consciente de hasta qué punto Henze, precisamente por eludir toda unidireccionalidad vanguardista, indagó con un margen de libertad mucho mayor los caminos que se abrían en el siglo XX. Así, en el Concierto para violín n. 2 Henze explora la condición escénica del concierto como forma heredada. El solista aparece en el escenario vestido con un traje dieciochesco, al modo del Barón de Munchausen, de manera que su apariencia extemporánea proclama en cierto modo su condición de farsante, pero a la vez, tanto en sus gestos como en su interpretación, se afirma en su condición de extraordinario virtuoso. Además el solista debe declamar diversos textos a lo largo de su ejecución, entre ellos uno de los teoremas lógico-matemáticos de Gödel. En la presente grabación tal tarea se ha dividido y corre a cargo de Sheppard Skæverd al violín y de Omar Ebrahim como recitador. En el decurso de la obra surgen múltiples niveles de sentido y lenguaje: gestos de raigambre romántica se combinan con aristadas intervenciones instrumentales, secciones electroacústicas con ritmos percusivos de origen caribeño que recuperan la experiencia de Henze en los primeros años de la revolución cubana, estilemas isabelinos se alternan con radicales combinatorias tímbricas… Pero ese grado de experimentación, al contrario que otras obras del periodo, nunca olvidan la entidad musical del resultado, que es siempre extraordinario. El universo que habita Il Vitalino raddoppiato resulta muy distinto. En él Henze recoge la célebre chacona del compositor barroco italiano Tomaso Vitali y la desarrolla llevando al paroxismo su inmediatez emocional, haciendo que se ramifique, amplificando su brillante y apasionado lirismo para conformar una obra que se merecería un lugar privilegiado en el repertorio. La entregada interpretación, en uno de los casos dirigida por el propio autor a comienzos de los 90 y recuperada ahora por vez primera, hace aún más recomendable este registro de Naxos.

David Cortés Santamarta