Josu de Solaun, piano.
Ibs Classical IBS52022 (2 CD)
El piano de Haydn se ha considerado, a lo largo de la historia, como una macedonia de frutas, donde hay variedad, frescura y es delicioso, pero que no posee una naturaleza propia; también se ha dicho que bebe de las fuentes de Bach, que parece Mozart y que se anticipa a Beethoven. Para quien compuso más de 62 Sonatas para piano, diversas variaciones y otras piezas propias de la época, imaginar que su estilo no tiene una personalidad propia, no solo es una falta de consideración hacia este genio, es sobre todo una prueba manifiesta de ignorancia musical. Y eso es precisamente lo que defiende el magnífico Josu de Solaun en este, su mejor disco hasta la fecha, que Haydn es único e incomparable. Unido a unas circunstancias personales muy emotivas, el arte que despliega el pianista muestra una madurez serena, reflexiva, inquieta, curiosa y enormemente inteligente, pues hace de Haydn lo que se ha hecho con Mozart o Beethoven, tocarlo como una música difícil de superar.
No deja de admirarme el bellísimo legato schummaniano con que se nos abren las puertas de este paraíso, con la primera Sonata del doble álbum, la excelsa n. 16. La originalidad del atrevido fraseo en la n. 38 (Allegro moderato) o la presencia (obligada) de Mozart en ese Adagio, por poner solo unos pocos ejemplos del enorme disfrute que provoca escuchar estas obras así interpretadas. El propio Josu defiende esta música en un artículo, así como Vicente Chuliá firma en breve ensayo filosófico acerca del compositor y el intérprete.
Gonzalo Pérez Chamorro