Como afirma Richard Evidon en su corto pero jugoso artículo que preludia cada página donde se reproduce la foto original del LP que se editó con estos 18 discos con Sinfonías de Haydn, el compositor “nunca reclamó la paternidad ni sus derechos al género de la sinfonía”, por mucho que se le ha seguido llamando “papá Haydn”, y no ya por sus 104 retoños, sino como el verdadero padre espiritual de una de las principales formas de la historia de la música y del arte, ya que la sinfonía es a la literatura la misma novela, es decir, casi el género principal en la historia de ambas artes.

Desde la Sinfonía n. 1 a la n. 69, quien fuera también violinista y concertino de diversos conjuntos en la primera etapa de la interpretación musical históricamente informada, Derek Solomons, dirige 49 Sinfonías escogidas de Haydn (grabaciones de la década de 1980) con naturalidad, buen gusto e imaginación suficiente en estas bellísimas músicas (prepárense para muchas sorpresas). Y L'Estro Armonico suma en la ecuación estar formado por “especialistas” de renombre como Catherine Mackintosh, Elizabeth Wallfisch, Roy Goodman, Monica Huggett, Anthony Pleeth, Lisa Beznosiuk, Paul Goodwin o Anthony Halstead, entre muchos otros.

Hay en curso diversas integrales, destacando la de Antonini (Alpha), realmente brillante, pero un punto rebuscada, mientras que Solomons, con humildad, trabajo y calidad, recrea la naturaleza espontánea haydniana como casi ningún otro, salvo Antal Dorati, aunque el húngaro se movía por terrenos más sinfónicos, igualmente válidos y disfrutables.

Gonzalo Pérez Chamorro