La Misa de Santa Cecilia de Haydn, de 1766, es la más extensa de las suyas. Si bien no tan extraordinaria como las seis últimas (1796-1802) de las 14 que compuso, es una obra maestra casi olvidada, lo mismo que sus hermanas. Son pocos los grandes directores que se han ocupado de llevarlas al disco, con la honrosa excepción de Bernstein (que no grabó esta). Tomada en público el 4 de julio de 1982 en la bella Basílica de Ottobeuren, su audio fue publicado en CD por el sello Orfeo. También estuvo en DVD sola; ahora la han reeditado añadiéndole la aún menos conocida Misa n. 1 “Freischützmesse” (1818) de Weber, una composición realmente notable que no guarda relación alguna con la ópera de ese título, más que el hecho de ser escritas al mismo tiempo. En la tradición haydniana, posee curiosamente acentos beethovenianos pese a que su autor no era especialmente devoto del autor de Fidelio. La versión de ésta (1986), espléndida, pone el acento en ese parentesco y en ella destaca la soprano Krisztina Laki. Superior aún es la de Haydn por todos los conceptos, sobresaliendo aquí, en medio de un cuarteto excepcional, un asombroso Kurt Moll.

Ángel Carrascosa