El inquieto sello Pentatone se vuelve a embarcar en el repertorio vocal del siglo XVIII con L’Isola disabitata, una joya no muy popular de Haydn que se grabó en Berlín hace un año con estupendos resultados.

Gracias a una cuidada elección de los solistas, especialmente las femeninas, se consigue perfectamente trasladar al oyente el carácter de los personajes que tan magistralmente plasma Haydn en su obra. Así, vehículo muy adecuado para los tonos melancólicos de Costanza es la voz de la soprano Anett Fritsch, de fraseo cuidadísimo, bello y elegante timbre y el justo arrojo. Silvia a su vez es encarnada por una ágil y chispeante Sunhae Im, especialista en este repertorio y buena conocedora de sus artefactos. El mismo contraste se puede apreciar en el abandono lírico de Krystian Adam y el más cómico Enrico de André Morsch. Las cuatro voces empastan perfectamente, con sus cuatro instrumentos solistas asignados en el brillante final: una pequeña obra maestra de Haydn que debería ser más popular.

Bernhard Forck es el director y concertino de la Akademie für Alte Musik Berlin que, por su parte, ofrece una lectura muy precisa y teatral a lo largo de toda la composición; especialmente en los largos recitativos acompañados se aprecian continuos contrastes de gran efectividad.

Una versión por tanto que se impone como referencia a la, por otra parte, escasa representación de este título en la discografía.

Pedro Coco