En la década de 1920 coincidieron en París varios compositores procedentes de la Europa central y oriental. Eran jóvenes, entusiastas y con ganas de comerse el mundo y pasar página de todo aquel nacionalismo y subjetivismo romántico que había ardido en las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Uno de esos músicos era el húngaro Tibor Harsányi (1898-1954), de quien nos llega ahora el primer volumen de la integral de su obra para piano.

La interpretación corre a cargo de todo un especialista en estas lides, Giorgio Koukl, quien ya ha grabado para Naxos y Grand Piano la música pianística de otros miembros de esa Escuela de París, concretamente del checo Bohuslav Martinu, el ruso Alexander Tcherepnin y el polaco Alexandre Tansman. ¿Qué encontramos aquí? Pues varios cuadernos de miniaturas que nos descubren a un músico que, como los citados, destaca por su libertad de espíritu, capaz de mezclar elementos de inspiración húngara, atonal, neobarroca y jazzística en los 5 Préludes brefs (1928), o de jugar con los ritmos modernos europeos y americanos en Baby-Dancing (1930). 

Es una música, en suma, que sorprende por su frescura, su ingenio y humor, y sobre todo por su inventiva en el plano rítmico. Esperemos que trabajos como este sirvan para sacar a Tibor Harsányi del olvido en que se halla.

Juan Carlos Moreno