Wieland, Schmid, Vitzhum, Schoch, Mertens. Junge Kantorei.
Frakfurt Baroque Orchestra.
Dir.: Joachim Carlos Martini.
Naxos 8.572700 (CD)
Existen, en la producción tardía handeliana, varios oratorios de obligado conocimiento, de los que Theodora forma parte. Grabadas ya para Naxos Athalia, Deborah, Saúl, Solomon o Nabal, Martini se atreve ahora con Theodora, único basado en la historia del
Cristianismo y no en la Biblia, que supuso un giro estilístico en la carrera del Sajón. Pese a no haber constituido un éxito comercial, el propio compositor tenía en gran estima la obra, que ha conocido varias versiones y alguna puesta en escena, al hilo, quizá, de su casi operística partitura.
La versión de la Frankfurt Baroque Orchestra (agrupación que a las órdenes de Martini no desfallece nunca, capaz de expresarse con tanta ternura como vigor), no sólo cuenta con una dirección inspirada, sino con un coro equilibrado que diferencia con corrección el modo mayor y rampante asignado a los romanos y la mayor complejidad y piadosa
imponencia de los coros cristianos (impecable en “He saw the lovely youth”). Los cinco solistas cumplen con corrección, destacando dos fantásticas individualidades: la conmovedora Theodora construida por Christina Wieland (estupenda en toda la escena de la prisión, en la que Martini, por cierto, recupera la segunda aria suprimida por
Handel), y un Valens de lujo, encarnado nada menos que por Klaus Mertens, que no conoce la decadencia y que despliega con teatral convicción un personaje que en su voz no es tan malvado, y permite advertir algún doblez. Diana Schmid compone una Irene irreprochable y sólida.
D.M.