Más allá del temblor en el Gólgota

Contratado por la Hermandad de la Santa Cueva de Cádiz, Haydn creó, en 1783, una ilustre obra titulada Las Siete últimas Palabras de nuestro Señor en la Cruz. Posteriormente, llevó a cabo su adaptación para cuarteto de cuerda (1787) y su versión como oratorio (1796). Todo aquel que haya escuchado esta obra se habrá sobrecogido ante la espectacularidad del terremoto final, inspirado en el Evangelio de San Mateo. En 2013, Jorge Grundman decidió beber de esta obra para componer A Mortuis Resurgere, oratorio con el subtítulo The Resurrection of Christ. Recurriendo a los textos de San Juan, narra en latín los acontecimientos que sucedieron desde la muerte de Jesús hasta su aparición ante los Apóstoles.

Grundman logra un conmovedor efecto expresivo a partir de un lenguaje tonal y huye de artificios recargados para destilar la esencia de cada palabra. Su estilo podría calificarse incluso como cinematográfico, aspecto que no es sorprendente dada su sólida experiencia en ese sector. Esta cariñosa atención textual se traduce en figurativas melodías a las que incorpora diferentes recursos musicales. En el caso de la voz, desde una boca cerrada hasta la salmodia, pasando por larguísimas frases o lucidas coloraturas donde es necesario un soberbio control de la respiración. Susana Cordón, en ese aspecto, cumple eficientemente con las exigencias de la obra, pues es una composición hecha literalmente a su medida. El compositor madrileño conoce muy bien sus posibilidades vocales tras haber colaborado, de forma conjunta, en proyectos anteriores como por ejemplo God´s Sketches (2011). No hay mayor fortuna para un solista que lucir una pieza inspirada en su propio instrumento y, más aún, si es acompañado por un grupo como el Cuarteto Brodsky. La experiencia que conlleva más de cuarenta años de trabajo de cámara y el estudio concienzudo de los grandes repertorios clásicos y contemporáneos, se ve reflejada en un tratamiento maduro de esta obra y, por supuesto, del propio sonido conjunto. La comunicación musical y la energía expresiva fluyen a borbotones entre los instrumentos, ya sea acompañando a Cordón o en las partes escritas exclusivamente para ellos.

La atenta labor de ingeniería de sonido en este disco multiplica con creces el agrado de su escucha y la pureza sonora ante la visión radiante de la Resurrección de Cristo.

Delia Agúndez