Finalmente, y gracias al empeño que desde sus inicios puso en él Diana Damrau, tenemos una colección de arias dedicadas a un compositor que, si bien hoy no está entre los más frecuentes en las programaciones de los teatros, sí que tiene un lugar destacado en el Olimpo operístico del siglo XIX (en este mismo número puede leerse la crítica a su recital Meyerbeer en el Teatro Real).

El arco temporal del programa elegido, que supera los 80 minutos, va desde los años alemanes del músico, con una infrecuente Alimelek, hasta los años parisinos, con sus obras más famosas, pasando por las italianas Emma di Resburgo o Il Crociato in Egitto. La voz de la soprano, que hace algunos años quizás habría propuesto unos retratos menos atractivos desde el punto de vista dramático (nadie duda la evolución y la implicación de la alemana en el campo teatral), acusa cierta fatiga en los extremos y las agilidades más diabólicas; pero la variedad de acentos y la afinidad con muchas protagonistas, como Isabelle o Inès, de la que se presentan sus grandes escenas, nos hace considerar este proyecto como uno de los más redondos de Damrau, por su originalidad (incluye grabaciones inéditas) y por el mimo con el que lo ha tratado. Por último, una orquesta como la de Lyon, de la que Emmanuel Villaume extrae un gran espectro de sonoridades, se presenta como ideal para acompañarla en este simpar viaje.

Pedro Coco Jiménez