Las grabaciones que se conservan del mismo Granados, junto a las de Luis Galve, Gonzalo Soriano, Larrocha y Torres Pardo, han ido conformando una tradición interpretativa de este conjunto de cuatro cuadernos de Danzas en la que ahora irrumpe con atrevimiento el pianista algecireño Diego Ramos, en este lanzamiento del sello Orpheus. Si en aquellas encontramos sucesivamente la serenidad del primero, justeza y austeridad de Soriano, la fantasía de Torres Pardo y la gran hermosura y cuidada sonoridad de Larrocha, como corresponde a la más ilustre heredera de la Escuela Marshall, Ramos se adentra en estas simples formas de una manera más racial, próximo a las maneras de Esteban Sánchez, abordando directamente estos pentagramas con sonido rotundo, completo y resonante, despojándolas de sentimentalismo sin artificios sonoros sofisticados y comunicando a estas miniaturas una vitalidad que las hace trascender del pequeño salón a la sala conciertos.

Climas castizos, zapateados, jotas, ambientes quejumbrosos, sonoridades guitarrísticas, perfumes orientales y serenas declamaciones en las secciones centrales, son resueltos con fidelidad al texto, poniendo especial énfasis en los patrones rítmicos y aportando una perfecta combinación de vigor y delicadeza, para convertir este paseo imaginario por la geografía española en un ameno viaje sonoro.

José Luis Arévalo