Otros sinfonistas en Naxos

Muy diferente en cuanto a concepción, por no decir a sonoridad, es la Sinfonía n. 3 “Ilya Muromets” de Reinhold Glière (1875-1956). De proporciones mahlerianas, sus cuatro movimientos narran las aventuras de un héroe épico ruso, lo que le permite al compositor crear una partitura exuberante, en la mejor tradición de las leyendas musicales de Rimski-Korsakov. La interpretación de JoAnn Falletta es seductora, aunque en el fondo parezca más atraída por la sensualidad y el preciosismo sonoros que por la narratividad de la música. Aun así hay algo que salta al oído: que tanto la directora como la orquesta han disfrutado con este proyecto, que se lo han tomado como un reto (y en el caso de Falletta, como la realización de un sueño) y que han salido airosos. Además, tampoco hay tantas lecturas memorables de esta sinfonía, y algunas de las que hay, como las históricas de Leopold Stokowski (Emi) y Eugene Ormandy (Naxos), mutilan de manera intolerable la partitura. 

Juan Carlos Moreno