Orquesta Filarmónica de Gran Canaria.
Dir.: Pedro Halffter.
D.G., 0028947649281 (CD)
ACIERTO TOTAL
Recoge este disco obras de juventud del gran Ginastera. Una parte de la crítica local (la loca Argentina lo es hasta para esto) ha tratado si no mal sí con cierta displicencia (claro que este siempre ha sido un deporte pofusamente practicado allá con y por cualquier cosa) las obras de la que los estudiosos del compositor califican como “primera etapa”. Pero la no local, o sea la europea, ha hecho algo peor: ignorarlas. Y es que, con razón, impresiona el Ginastea más abstracto de los concietos, y más todavía el de Bomarzo, pero la sinrazón que llleva consigo el calificar sus ballets de música funcionarial al servicio de los grandes eurpeos mueve a la risa: Ginastera, como Schumann o Wagner, es Ginastera desde la opus uno.
Que es precisamente el número de opus que lleva este Panambí. Escrito en 19 números, encierra una música exultante y briosa, cuando no intimista e introvertida. Tal es el ejercicio de contrastes que encierra, desarrollado sobre un discurso sonoro que puede ir de lo arrebatador a la calma chicha. Lo que no es posible materializar solo con una mente en ebullición dramática; es necesario estar en posesión de una considerable técnica a la hora de colocar una nota tras otra, una nota debajo de la otra. He nombrado antes a Schumann. Con este Panambí sucede lo mismo que con las Variaciones Abegg, el op.1 del autor de la Renana: no se alcanza a comprender cómo una primera experiencia compositiva puede alcanzar tal grado de personalidad, tal marca propia. No creo que las reminiscencias “consagraprimaverales” de algún momento puedan desacreditar la imaginación del autor; nadie defendería hoy que Brahms hizo mal en reescribir a Beethoven al final de su primera sinfonía...
El disco incluye dos obras más: un encargo (como explica detalladamente Benjamín G. Rosado en las notas de la carpetilla), el ballet en cinco partes con textos de José Hernández Estancia, posterior en cinco años, y una tercera página,la Obertura para el Fausto criollo, que juega sobre un doble plano folclórico y operístico. Estancia op.8 es una música más conocida, pero alcanzando similares estándares de calidad que Panambí, no goza de la misma frescura y pesonalidad. Ginastera ha dado aquí un paso más en la elaboración de su discurso sinfónico, eso es cierto, pero no se acaba de notar del todo en la escucha. Más original es la Obertura, con esas llamadas brucknerianas que resultan casi chistosas.
El disco es un acierto completo. La Filarmónica de Gran Canaria está exuberante y fina, según el caso, pero siempre responde al director con una profesionalidad y calidad encomiables. En cuanto a Pedro Halffter, no solo demuestra que sabe lo que se hace sino que lo hace extremadamente bien. La química con el lenguaje de la música del argentino es elevadísima, y el trabajo realizado, excelente. Para él es una suerte poder trabajar con una orquesta de esta calidad, porque los proyectos por los que se mueve, siempre tan atractivos, necesitan de un buenísimo instrumento. Mi recomendación para este registro es total y absoluta.
PGM