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Discos recomendados de Ritmo

En esta sección encontrará los 10 discos que la revista RITMO recomienda cada mes, clasificados por meses y por su orden de recomendación del 1 al 10. Se archivan los recomendados desde junio 2011, para ver anteriores ir a "Ritmo Histórico".
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Ritmo Marzo 2021 - Núm. 948

FRITZ REINER: EL ÁLBUM COMPLETO DE LA COLECCIÓN COLUMBIA.

Diferentes solistas. Orquestas Sinfónicas de Pittsburgh y Columbia / Fritz Reiner.
Sony Classical 19075936772  (14 CD)



La crítica

LOS ÚLTIMOS PASOS HACIA LA CUMBRE

Una de las características unánimemente reconocidas a Fritz Reiner es, sin duda, su precisión y sentido analítico. Se puede decir que son cualidades que le acompañaron durante toda su vida artística. También es famoso su carácter severo a la hora de dirigirse a los diferentes atriles de la orquesta. Quizás se haga menos hincapié en sus cualidades como hacedor de orquestas; para atender a esta otra faceta, el álbum que nos ofrece Sony Classical se desvela muy útil. La firma japonesa ya había reunido con anterioridad las grabaciones del director húngaro-norteamericano con la Sinfónica de Chicago, orquesta a la que accedió en 1953, sucediendo a Kubelik, que había pasado tres años al frente de la formación. Allí se mantendría hasta su muerte en 1963, dejando a la posteridad un instrumento casi perfecto que fueron modelando a sus propias características cada una de las batutas que le sucedieron hasta el día de hoy.

También Sony nos obsequió con un referencial álbum dedicado a los registros completos de la música de Richard Strauss que dejó el director. La verdad es que este último álbum se hace ya innecesario, tras la publicación de los otros, pues casi todo se encuentra incluido en ellos.

El que nos ocupa, contiene grabaciones de sus años al frente de la Orquesta Sinfónica de Pittsburgh, además de otros registros con la de Columbia, que ocupan aproximadamente toda una década. Reiner fue nombrado director en Pittsburgh en 1938, y se mantuvo en el cargo hasta el 48. Como decíamos al comienzo, es este un álbum útil para comprobar la labor de adiestramiento musical al que sometía el director a la orquesta. Lo es porque nos permite apreciar la evolución experimentada por la formación a lo largo de todos esos años.

Un húngaro en Pittsburgh

Cuando el húngaro de origen aterriza en Pittsburgh, ya es un director plenamente hecho, con una fuerte personalidad propia y con unas ideas muy claras y concisas de lo que pretende obtener. Estos discos nos muestran también la amplia versatilidad de la que era capaz el maestro. Tiene importancia esto último, pues permite superar los clichés establecidos para su repertorio. A través de estos registros circulan sus Bartók, Kodály, Mahler o Strauss, ya magistrales en aquellos años (más tarde los haría referenciales en Chicago); pero también se encuentran Mozart, Brahms, Ravel, Debussy, Honegger, los Strauss de Viena, incluso Bach: nobleza y concisión son los adjetivos aplicables a estos Conciertos de Brandeburgo con el Conjunto de Cámara Columbia, registrados en 1949, cuando casi nadie se interesaba por estas obras en su totalidad. Richard Rogers, Gershwin, piezas de lucimiento virtuosístico de Berlioz, Kabalevsky o Mussorgsky, entre otros.

Tampoco se resistió el director a los encantos de una obra como El amor brujo de Falla, de la que aquí se ofrece una estimable versión. Prácticamente todas estas grabaciones, como decimos, tienen su contestación en registros de su posterior y última etapa en Chicago; allí, ya sí, estas mismas obras y muchas otras son objeto de la extraordinaria destreza quirúrgica que adquirió paso a paso a través de la profundización en la partitura y la experiencia batuta en mano.

Interesante comparar, por ejemplo, el Primer Concierto para piano de Brahms aquí incluido, con Rudolf Serkin al teclado, con el posterior, ya al frente de la Sinfónica de Chicago, con Rubinstein; no ya porque las características de uno y otro pianista sean muy diferentes, sino por el modo diferente en que el propio Reiner acomete su parte en una y otra versión, adaptando (más que adaptándose) la obra a cada uno de ellos; en realidad, adapta a solistas y orquesta a sus propias convicciones. Y, cómo no, la evolución experimentada en su Strauss, compositor siempre asociado al nombre del director. Pero su receta siempre fue la misma, desde Mozart a Wagner, o de Bartók a Shostakovich, máxima concreción y análisis, pero sin dejar de atender la necesaria síntesis emocional intrínseca a la propia sustancia musical. Quizás un ejemplo máximo de esta combinación en la historia.

En fin, discos muy valiosos para quienes se interesen por la evolución del fenómeno de la interpretación musical, y particularmente por la del propio Fritz Reiner. Evidentemente, aunque no entorpece demasiado para apreciar las cuestiones que planteamos, las calidades de sonido son las previas a la llegada de la estereofonía; especialmente condicionadas por ese particular matiz metálico característico de la Columbia de aquellos años, con lo cual, no son aptas como primera opción de compra o disfrute, sino para quienes su finalidad sea el estudio o la mera curiosidad.

Rafael-Juan Poveda Jabonero

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