Ekaitza (Concierto para violonchelo); Tres Sonetos de Michelangelo; Piscis (Concierto para piano).
Asier Polo, violonchelo; Carlos Mena, contratenor; Alfonso Gómez, piano.
Euskadiko Orkestra / Juanjo Mena.
Ondine ODE 1442-2 · (CD)
ALEGORÍA DEL RELIEVE DE LA MENTE
Este fantástico registro para Ondine evidencia como el compositor bilbaíno Gabriel Erkoreka (1969), es una de las figuras de referencia en la creación musical reciente de nuestro país. Formado con Bernaola en Bilbao y con Finnissy en Londres, en Erkoreka se concilian una gran inventiva con una precisión arquitectónica que flexibiliza un oficio que, inspirado en la dimensión mental, la naturaleza y el folklore, ha ganado, progresivamente en linealidad y definición discursiva. De forma tripartita e interpretada sin solución de continuidad, Ekaitza (tempestad en euskera), Concierto para violonchelo de 2012, muestra como Erkoreka se aleja de la literalidad nominal para recrear una metáfora de la desazón psíquica del ser humano. Explorando registros graves en el violonchelo y la orquesta, el músico vasco exhibe un creciente y desasosegante marco temperamental que, variando la paleta de registros oscuros junto al magistral empleo de una orquesta líquida que bisbisea y murmura o bien se impone y amenaza al solista, establece un conflictivo y expresivo discurso de reminiscencias quijotescas, en el que tienen cabida gestualidades descendentes, estáticas sonoridades cuasi electrónicas y, en la sección final, el obsesivo pulso rítmico que evoca la telúrica sonoridad del rabel.
Compuestos tres años antes, los Tres Sonetos de Michelangelo evidencian el interés de Erkoreka en las relaciones intertextuales y temporales de la música con las artes. Engarzados por dos interludios que sirven de contrapunto a los Sonetos, y empleando dos cornettos renacentistas cuya tesitura permite un diálogo con el solista vocal, la rugosidad y volumen cambiantes, las diferencias de color orquestal y la espacialización sonora con su juego de ecos, además de la precisión estructural, evocarían la escultura, la pintura y la arquitectura del genio renacentista. El Concierto para piano, titulado Piscis, recupera en cierta medida el espíritu metafórico de Ekaitza, en tanto que Erkoreka se centra en la dimensión humana de la dualidad, lo que implica contradicción y, también, correlación de fuerzas entre el solista y la orquesta. Aunando esfuerzos en un contraste de extremos en el que se aprovechan todos los recursos sonoros del piano y la orquesta, en especial la percusión, que dialoga con el piano solista cincelando gran diversidad de matices y colores, Piscis fluye desde un rutilante inicio para transitar por una honda sección central de registros graves, que continúa con un destellante tercer tiempo que, con sorprendente ingravidez, cierra rememorando los registros agudos del piano con los que la obra se inicia.
Acompañado del chelista Asier Polo, el pianista Alfonso Gómez, el contratenor Carlos Mena y la Euskadiko Orkestra, dirigida por Juanjo Mena, músicos que han trabajado en no pocas ocasiones con el compositor, este bien presentado compacto con ilustrativas notas de Juan Gómez Alemany se convierte en una referencia imprescindible. Muy recomendable.
Justino Losada