Obras de BACH, HANDEL, SCARLATTI, RAMEAU, CPE BACH, CLEMENTI, VIVALDI, HAYDN, MOZART, BEETHOVEN, SCHUBERT, BUSONI, LOEILLET.
Emil Gilels, piano; varios acompañantes.
Profil PH17065 (13 CD)
Uno de los grandes
La excelencia de una consolidada tradición de grandes pedagogos rusos a finales de siglo XIX y principios del XX, como Zverev, Safonov, Siloti, Arensky o Neuhaus, este haciendo de puente de unión con el siglo XX, permitió la formación de grandes genios como Scriabin, Rachmaninov o Medtner, y también de intérpretes de la talla de Sofronitsky, Richter o Gilels (1916). El estilo de este último no puede situarse en lo que estereotipadamente se conoce como “escuela rusa de piano”, aunque ciertamente reúna las notas que la caracterizan en el sentido de toque robusto, virtuosismo, acentuada expresividad romántica y técnica impecable, sino en la esencia de una formación que promulga como objetivo y principio rector la creatividad musical capaz de sacar a la superficie la esencia de cada obra, como bien demuestra esta recopilación de actuaciones mayoritariamente procedentes de tomas en directo.
Los 13 CD de esta caja documentan tres décadas en la trayectoria del pianista de Odessa, desde la edad de 17 años, en la que ya hacia maravillas sonoras en la Giga de la Suite n. 1 de Loeillet-Godowsky y también puro virtuosismo (Toccata de Schumann), hasta una primera madurez de los iniciales años 60, después de que en plena guerra fría realizara su primera gira a los EE.UU. La calidad sonora no es la ideal, acompañada en ocasiones de murmullos y toses, pero el contenido musical compensa ampliamente este inconveniente ante la atracción de unas interpretaciones que arrastran y justifican la belleza de escuchar a uno de los mejores pianistas del siglo XX.
Los dos discos dedicados a Bach, un autor que no trabajó especialmente, contienen unos acercamientos de estructuras claras, virtuosísticos, potentes, utilizando todas las posibilidades expresivas del piano, rítmicamente acentuados y en ocasiones de tempi algo precipitados, encontrando lo mejor en la Suite francesa n. 5, la Primera Partita, la Fantasía Cromática y el Quinto Concierto de Brandemburgo, así como en la conocida transcripción de Siloti del Preludio BWV 855. Las 13 Sonatas de Scarlatti están iluminadas por una pureza cristalina, manejo de los timbres exquisito y un impresionante nivel de articulación, combinando a la perfección la viveza rítmica (K 9, K 20 y K 380) con la intimidad (K 27) en versiones que, aunque alejadas de los estándares historicistas, pueden situarse a la misma altura de los que han dejado huella en este repertorio (Horowitz y más recientemente Colic y Sudbin).
Muy interesantes son también las Sonatas de Haydn, Clementi y un Mozart concentrado, elegante (K 457, K 570 y K 397) y sensible sin excesos (Conciertos K 467 y K 365), con una alta compresión del equilibrio necesario en estas obras. El autor mejor representado es Beethoven, que se incorpora con el ciclo completo de Conciertos en interpretaciones contrastantes en las que Gilels se muestra poderoso musicalmente y siempre emocionante, al igual que en las tres Sonatas (Op. 2/3, Op. 57 y Op. 90), aportando una exhibición de humanidad y de control técnico, autor que se completa con un esplendoroso y vibrante Andante Cantabile del Trío Op. 97. Interpretaciones en conjunto sinceras y emocionantes, de gran musicalidad; recomendadas a pianófilos.
José Luis Arévalo