ARREBATADOR DEBUT DISCOGRÁFICO

En los dos últimos lustros han surgido unos cuantos violonchelistas de gran proyección, algunos de los cuales tienen ya en su haber varios discos de gran mérito. Pero quizá ninguno de ellos me ha impresionado tanto como Alisa Weilerstein (Rochester, Nueva York, 1982) a raíz de su interpretación del Concierto de Elgar en Oxford, el 1 de mayo de 2010, con la Orquesta Filarmónica de Berlín dirigida por Barenboim (publicada en DVD/Blu-ray por EuroArts). Cuando lo comenté en RITMO, escribí: “Es claro que la Weilerstein ha intentado emularla [a Jacqueline du Pré], pues sigue de cerca su fraseo en muchos momentos. Así en el excelso comienzo, en el que casi la iguala. Posee un hermoso sonido y un temperamento muy cálido, y es enormemente expresiva (¡qué sentimiento logra en los pasajes lentos!), pero no la alcanza ni en fulgor virtuosístico ni en su torrencial pasión. La arrebatada dirección [de Barenboim con Du Pré en el DVD Nupen Films] ha dejado paso a una versión más reposada y honda, sin el casi descontrol de aquella coda”. La presente grabación Decca, en estudio, bastante parecida a la interpretación oxfordiana en público, es quizá un poco más contenida e introspectiva, menos espontánea y extravertida; en cualquier caso, bastante similar en líneas generales, y se alza, para mí, por encima de cualquier otra grabación de este Concierto, la obra cumbre de su autor (Navarra/Barbirolli, Emi 1957; Fournier/Wallenstein, DG 1966; Tortelier/Boult, Emi 1973; Harrell/Maazel, Sony 1980; Ma/Previn, Sony; Lloyd Webber/Menuhin, Philips 1986, incluidos; excluyendo por supuesto la absolutamente inalcanzable de Du Pré/Barbirolli, Emi 1965). Aun así, teniendo en cuenta que el Blu-ray suena con más transparencia que este CD, recomiendo aquél en primer lugar. El Concierto de Carter, completado en 2001, es una página de notable envergadura, dispuesta en siete secciones de humor muy cambiante, nada cerebral sino dramática y apasionada, magistralmente orquestada: es, me parece, una obra de veras importante. Weilerstein, muy experta en los lenguajes de vanguardia, tuvo la suerte de trabajar con el compositor, de 103 años, con vistas a esta grabación. La escucha resulta una experiencia de veras estimulante. Lo mismo que la del bellísimo Kol Nidrei, acaso la página más inspirada y sentida de su autor (más conocido aún por su Primer Concierto para violín). La interpretación de Weilerstein y Barenboim, enormemente emotiva, está transida de dolor y melancolía, si bien no alcanza el desgarro y el ambiente por momentos pavoroso de la versión de Du Pré y su esposo con la Filarmónica de Israel (Emi 1968/2002), una visión tremenda, acongojante, verdaderamente límite.

A.C.A.