Del olvido al presente

Una de las consecuencias de la Guerra Civil fue la ruptura del renacimiento cultural que venía produciéndose desde el periodo pre-republicano, de la que buen ejemplo, desde la parcela musical, fue la actividad y compromiso con las corrientes europeas de la Residencia de Estudiantes, fomentadas también por Manuel de Falla y  el crítico, musicólogo y compositor Adolfo Salazar. Florecimiento que además de no llegar a completarse, vio como sus frutos, con el triunfo del bando rebelde, fueron condenados al silencio para adquirir la categoría de obras olvidadas para solo merecer la atención de estudiosos. Ante el hurto de la parte más brillante de la historia de nuestra música, no cabe sino agradecer la llegada de estas grabaciones dedicadas a compositores de la Generación de la República (convienen recordar que RITMO ha editado y recuperado en dos entregas, meses de mayo y junio últimos, el estudio de Emilio Casares sobre la Música Española de la Generación de la República).

El sello granadino IBS Classical nos sorprende con un excelente proyecto en el que reúne parte de la obra fundamental para piano de autores pertenecientes a esta generación: Juan José Mantecón (1895-1964), Salvador Bacarisse (1898-1963), Julián Bautista (1901-1961) y Gustavo Pittaluga (1906-1975). Los cuatro compartieron el rechazo de presupuestos estéticos románticos para acercarse a las vanguardias musicales europeas en un intento renovación del imperante nacionalismo musical, aunque no siguieron los mismos caminos compositivos. Colores, de Julián Bautista, compuesta en 1921, estructurada como una paleta de seis colores, evoca imágenes sugerentes con evidente técnica impresionista y referencias a la música rusa (Promenade de los Cuadros de una exposición). Las Seis Danzas Españolas de Pittaluga, que se ofrecen en primera grabación, respiran un aire más nacionalista, todas ellas complejas y  difíciles de ejecutar con claro aire neoclásico, mientras que Circo, de Mantecón, se encuentra plagada de desenfadadas e intrincadas piruetas pianísticas de notables influencias del grupo francés de los Seis por su tono humorístico, de lo que son buen ejemplo las indicaciones expresivas y sus títulos: El oso triste, La serenata del grillo y El vals de los mosquitos.

El segundo CD se dedica exclusivamente a los 24 Preludios Op. 34 de Bacarisse,  compuestos en París en la Francia ocupada del año 1941. Con un lenguaje muy depurado, se recorren todos los tonos, mayores y menores (aunque algunos resulten politonales, como los ns. 5, 7 y 11), dentro de una estética neoclásica, conservando el sentido de libertad e improvisación y jugando con la sencillez y la complejidad constructiva, con alusiones a otros autores (Czerny, Chopin, Scriabin), con el humor o la complejidad técnica, para dejar, en definitiva, una obra muy coherente, cuya escucha no defrauda.

La labor del Jorge Robaina intérprete es admirable, tanto por lo que supone de esfuerzo y dedicación en la recuperación de un patrimonio cultural de altísima calidad que nunca debió quedar olvidado, como por unas interpretaciones llenas de intensidad, rigor y versatilidad, en las que combina las sutilezas debussystas en los acercamientos al impresionismo, el certero aire neoclásico de las Seis danzas, en las que brota con fuerza lo español, el mayor virtuosismo de Circo y las numerosas referencias estéticas de los Preludios. Disco imprescindible.

José Luis Arévalo